BRAZILIAN SERIES OF POKER
Para el infarto: la mano por US$600.000 que sacudió al BSOP Millions
Leandro Zavodini ganó el torneo más caro de la historia de Brasil tras una definición de otro planeta. No se pierdan el video.
En una entrevista realizada con el sitio Poker Central, la jugadora profesional Danielle Andersen habló sobre lo que ha representado esta cuarentena para ella y cómo ha tenido que adaptarse a las realidades de tener que jugar poker online o usar herramientas como las videollamadas para rescatar un poco del contacto con amigos durante las partidas.
Andersen, habituada a las mesas en vivo, perdió un poco de motivación por el poker cuando comenzaron las restricciones de la pandemia del COVID-19. Aunque ha competido en línea, sentía que no era lo mismo hasta que un amigo se le acercó y le mostró la posibilidad de usar plataformas de video para ver a sus compañeros y conversar con ellos mientras disfrutan un momento agradable en los paños virtuales.
«Un amigo me invitó a un juego mientras conversaban por Zoom. Ésta fue la primera opción de poker en línea que me resultó intrigante. Jugué, tomé cócteles, me reí, hablé y me divertí muchísimo. Era lo más cercano al poker en vivo que iba a tener por un tiempo, así que comencé a participar con más frecuencia y luego a ejecutar mi propio juego de apuestas más pequeño con Zoom para que cualquiera pudiera participar «.
Para ella, lo más importante o sus consejos para disfrutar esta época virtual es jugar entre amigos y aprovechar al máximo el juego en sí, manteniendo una competencia sana y hasta un poco más relajada para aplicar algún nuevo conocimiento o disfrutar de una buena bebida o comida mientras se interactúa con los demás al otro lado de la cámara que, incluso, pueden ser personas ajenas al poker que solo entrar para pasar el rato.
«Hay bastantes personas que se unen a la salas de Zoom solo para pasar el rato y socializar sin siquiera jugar. La interacción humana es una parte importante de la salud mental para muchas, si no para la mayoría de las personas. Poder ver caras y conversar ayuda a llenar ese vacío en este momento».
«Hubo algunas personas que dijeron que eran demasiado tímidas para unirse al principio, pero finalmente, a medida que la cuarentena se alargaba, se rindieron. Todo lo que le diría a cualquiera que esté interesado es ‘intentarlo’. Nadie muerde y es terapéutico interactuar. Ya he conocido a algunas personas realmente interesantes que nunca habría conocido de otra manera», concluyó.