En España existe una sensación generalizada de que varios actores del gobierno le han declarado la guerra al juego online, una cruzada que incluye al poker, y la preocupación ha sido retratada recientemente por una de las asociaciones más importantes dentro del sector en el país.

Después de darse a conocer los resultados del Estudio de Prevalencia de Juego 2022-2023, elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), ha sido la Asociación Española de Juego Digital (Jdigital) la que ha fijado una posición muy clara con relación a la forma en la que se crean las leyes.

Alberto Carlos Garzón Espinosa​, ministro de Consumo, es el más crítico contra los juegos online.

En un comunicado de prensa emitido por la asociación presidida por Jorge Hinojosa , insisten que desde el gobierno central se vienen tomando malas decisiones a la hora de crear regulaciones efectivas y que se han venido incrementando desde la pandemia cuando muchas de ellas nacieron como medidas temporales que se ha extendido hasta la actualidad.

«No podemos sino pensar que el Ministerio de Consumo en funciones hace alarde de regular en base a ciencia, aunque desde nuestro punto de vista, durante los últimos cuatro años han estado regulando primero y presentando datos, después, que justifican sus legislaciones. El último estudio nos lleva a cuestionarnos los motivos de la demonización del sector que se quieren transmitir».

Los datos de dicho estudio revelaron que sólo aproximadamente la mitad de la población española juega, ya sea de forma habitual como esporádica, de dicha parte, el 97% lo hace de forma presencial y solo el 6,6% lo hace online.

Últimas regulaciones al sector de juego online

La más reciente inconformidad del sector fue luego de darse a conocer la aprobación del Real Decreto 176/2023 el pasado mes de septiembre y que establece que las empresas operadoras de juego y apuestas online deben enviar un resumen mensual de actividad a los usuarios calificados como vulnerables.

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Según el decreto, dichos usuarios vulnerables son aquellos que hayan tenido pérdidas netas semanales iguales o superiores a 600 euros, durante tres semanas seguidas. También a los jugadores de entre 18 y 25 años que acumulen pérdidas netas semanales iguales o superiores a 200 euros durante tres semanas seguidas.