Hay cosas que tiene el poker que son difíciles de explicar. A veces parece que todo el bote va encaminado hacia tus pilas de fichas, pero un fatídico river te deja con las manos vacías. En otras ocasiones no podés entender por qué tal jugador decidió abrir con determinada mano y termina metiendo un flop de ensueño. Es que este juego es así: hay cuestiones que superan a la razón de cualquier ser humano.

Mientras se estaba disputando la gran final del CAP de Rosario en el 2016, Alberto Ciarrocchi , que no tenía ningún cobro superior a seis cifras, metió el bombazo de su vida: este contador público de 30 años embolsó AR$1.156.413 y, aunque no lo crean, no se pudo quedar con el trofeo que finalmente ganó Fabián Ortiz , quien también se llevó un premio millonario. Sí, una locura.

Ciarrocchi, en aquel heads-up contra uno de los mejores

«La verdad que cuando quedábamos 5 tuve dos manos muy grandes con Ortiz que las perdí. En ese momento, miré los premios y decidí asegurarme terminar entre los primeros tres para después salir a buscarlo de vuelta. Es por esa razón que llegué muy corto al heads-up», recuerda este hincha de River.

Para esta segunda fecha del CAP, el escenario será el mismo en el que Alberto no pudo alzar el trofeo de campeón: el City Center de Rosario. El puntapié en esta parada será este miércoles, con una nueva edición del Súper High Roller, que tendrá AR$40.000 de inscripción. Al día siguiente, el Main Event comenzará con el día 1A desde las 16:30 .

«En el momento del enfrentamiento final siempre estuve buscando una mano para poder duplicarme: si lo hacía me tenía mucha fe», afirma Ciarrocchi mientras sigue recordando aquel día en el que había llegado 4 a 1 abajo al mano a mano final. «Creí que le ganaba», asegura.

Sobre esta nueva parada, en tanto, el contador (no podrá estar por cuestiones laborales), expresó: «Me gusta mucho Rosario porque es una plaza que me aleja de Buenos Aires y me concentro a full en el poker. Si bien en Madero juego algún que otro torneo, como estoy siempre a las corridas con el trabajo no me puedo meter como a mí me gustaría. En cambio allá voy y juego todo lo que puedo y lo hago al ciento por ciento. En Rosario va gente de todos lados y los fields son mejores, un poco más blandos».