El uso de cámaras ocultas en el poker: tema central en la World Game Protection Conference
El uso de estos dispositivos preocupa a la industria, y expertos como Maria Konnikova buscan soluciones para proteger la integridad del juego.
Antes de que comenzara la mesa final, Maximiliano Veyga, co-conductor del livestream que CodigoPoker realizó en la definición de la quinta fecha de Madero Master Cup 2016, trajo un dato más que relevante: «Los últimos tres campeones fueron los que se ubicaron en la posición 5 de la mesa televisada», dijo en referencia a Martín Arce, Christian Sare y Francisco Araujo, todos grandes profesionales de la primera línea del poker argentino. Pero hasta ayer, nadie había reflexionado en este asunto ni agregado un plus sobre su suerte.
¿Acaso fue pura casualidad cuando Araujo se salvó y conectó set al bajar par de 10 contra los ases de Tincho?
Y cuando Sare, después de quedar all-in preflop con 8 8 vs A Q, y ver un as al flop en el heads-up frente al mismo MaxyShark, metió un 8 al river, ¿también fue casualidad?
Y el mismo Arce también supo aprovechar la magia de esa ubicación para bajar perdiendo y llevarse la mano, como cuando tuvo el as con un kicker menor y lo conectó frente a Andrés Viola.
Pero obviamente, todo arrancó a manera de chiste cuando Martín Urrutia ocupó ese lugar de la mesa final siendo el jugador con menos fichas y sólo 7 ciegas grandes. Hasta que llegó la primera prueba del mito: entre risas, los comentaristas predestinaban su suerte cuando quedó por primera vez all-in preflop con -Kd- -Td- vs -Ac- -Jh- y metió un par en el showdown.
No tuvo mucha acción y, luego de dos eliminaciones, volvió a una situación similar: desde SB, pusheó sus últimas 6 blinds con K 8 y recibió el call de Dubini, que enseñó A 5. 8 Q J 3 7 y otro double up para ya acomodarse en la partida.
Al fin y al cabo, cada vez que todas sus fichas fueron al centro ganó la parada sin importar las probabilidades. Louis Pasteur decía que «el azar favorece a la mente preparada», mientras que Albert Einstein llegó a afirmar que «el intelecto no tiene nada que ver con el camino al descubrimiento, sino que siempre hay un salto en la consciencia, aquello que algunos llaman intuición, en el que la solución llega a ti sin saber cómo ni por qué». De alguna u otra manera, una leyenda nació… ¿Para quedarse?