Hubo un tiempo en el que tener a Antonio Esfandiari y a Vanessa Selbst en las partidas más grandes del mundo era algo cotidiano. El primero ya no juega tanto; la segunda se ha retirado de forma oficial, por más que de vez en cuando se sienta en las mesas. Pero hace una década estaban en el apogeo de su carrera y aprovechaban cada ocasión que tenían para jugar por cientos de miles de dólares. Incluso si los sentaban en la misma mesa y les sumaban a Barry Greenstein y a Prahlad Friedman .
Buena onda, pero sin piedad. Este parece ser el lema por el cual regía su vínculo. Antonio puede ser una de las personas más agradables y divertidas con la cual te sentarás a jugar a la mesa. Pero sí tenía la oportunidad, te pela. ¿Por qué en tiempo pasado? Si puede, te pela. Esto lo sabía, lo sabe y lo sabrá Selbst. Por eso no tuvo miedo en ir tras él. Ir tras él fuera de posición y en bluff, una combinación no recomendable en el manual del buen jugador de poker ilustrado.
Poco le importa a Vanessa, quien va tras su presa con todo lo que tiene. ¿Y qué es todo lo que tiene? Fichas y arrojo. Factores que cuando se suman la hacen imparable.
¿Quieres enterarte primero de todo lo que sucede en el mundo del poker? CodigoPoker te brinda la mejor información minuto a minuto en tu social media.
Síguenos en
X,
Facebook,
Instagram,
Youtube o
Twitch