Dan Heimiller, el terco que nunca se rindió, ganó otro brazalete
Tras más de una década de lucha sin título, el veterano del poker triunfa y demuestra que la perseverancia también se premia en Las Vegas.
El Main Event tiene siempre historias interesantes y el de este año no fue la excepción. En el día cinco del evento principal la situación que dio mucho de que hablar fue la ausencia de Jarrett Nash, un jugador estadounidense que tenía 526.000 puntos al inicio de la jornada pero nunca apareció en el poker room y su stack fue consumido por los antes y ciegas.
Las especulaciones sobre la ausencia de Nash no se hicieron esperar pero lo cierto es que la organización de las WSOP sabía perfectamente que Jarrett no volvería a jugar el sábado. Inclusive, el mismo Jarret sabía que, de llegar al día cinco, no podría participar ya que, según declaró el después, él y su esposa se consideran cristianos y decidieron hace mucho observar el día sábado.
Nash estuvo en su hotel en el Bellagio de Las Vegas desde que cayó el sol el viernes hasta que se ocultó el día sábado. Desafortunadamente para él, su stack no resistió todo este tiempo y finalizó en la posición 171° para poco más de $44.000 dólares de premio.
El jugador declaró después que no se arrepentía en absoluto de su decisión y aseguró que seguiría jugando al poker, además bastante feliz porque este era su mayor cobro en su carrera como profesional.