El sábado pasado el joven profesional británico Matt Perrins tomó su lugar en el evento número nueve de las WSOP, un torneo de $1.500 2-7 Draw Lowball y jugó la primera mano de su vida en esa modalidad. Dos días después, Perrins levantó el brazalete del torneo y se llevó $102.105 dólares, una merecida recompensa por haber superado a 275 jugadores que incluían a verdaderos maestros del Lowball.

Una vez más estamos ante un caso en que la verdad es más extraña que la ficción. Después de su victoria, Perris explicó que estaba un poco cansado de jugar Holdem y decidió probar algo diferente. Lo mejor que se le ocurrió fue anotarse a este torneo. Pero por más gambler que parezca registrarse a un evento de poker cuya modalidad no sabemos jugar, Perrins se preocupó por, media hora antes de comenzar, ver un par de videos en Youtube sobre Lowball para aprender los fundamentos.

«Durante las primeras tres horas del día uno no estaba seguro qué estaba pasando. Me estaban llegando algunas manos pero no sabía muy bien qué hacer con ellas. Conforme el torneo fue avanzando me sentí más seguro y para mi ya era más similar al Holdem en el sentido en que siendo agresivo y haciendo resubidas preflop eran la clave para acumular fichas», declaró Perrins.

La mesa final de este torneo no fue nada sencilla para Perrins. Por un lado estaba Jason Mercier, PokerStars Team Pro, quien desafortunadamente no pudo hacer crecer su pila de fichas y fue el primero en salir eliminado en séptimo puesto. Por otro lado, en el Heads-Up se enfrentó a Chris Bjorin, un gentlelman inglés que tiene dos brazaletes en su haber pero que buscaba el tercero después de once años de sequía. Sin embargo, tuvo que conformarse con el segundo puesto y $63.112 dólares.

Así quedó la clasificación de la mesa final del 2-7 Draw Lowball:

1. Matthew Perrins – $102,105
2. Chris Bjorin – $63,112
3. Robin Rightmire – $41,643
4. Bernard Lee – $28,422
5. Thomas Fuller – $28,422
6. Josh Brikis – $14,296
7. Jason Mercier – $10,524