Se levantó, le dio la mano a su rival, lo abrazo y en silencio –en un silencio increíble– salió corriendo al trotecito con los brazos en altos. Damián Salas acababa de consagrarse campeón mundial pero lo único que quería era ir a abrazarse con su esposa, su hermano y los tres amigos que viajaron con él hasta Las Vegas .

Es que por cuestiones de protocolo, todos ellos no pudieron acceder al escenario donde se jugó la mesa final sino que tuvieron que seguirlo por un circuito de televisión desde una habitación contigua del Rio All Suites Hotel & Casino. Y es hacia allí a donde ahora se dirige Salas, completamente emocionado por lo que acaba de conseguir.

«…Tener, en casa a tu papá… Te juro, que aunque pasen los años, nunca nos vamos a olvidar», se escucha el canto de toda su gente, que remarca el triunfo de visitante que acaba de conseguir Damián, que para llegar a Las Vegas junto a todos ellos la tuvo que parir. No fue sencillo su periplo y mucho menos el transcurrir de la mesa final.

De ahí que ahora se disfruta el doble. ¡Salud, campeón! Nunca nos vamos a olvidar…

VIDEOS | La intimidad del festejo de Salas