Séquense las lágrimas. Dejen de frotarse los ojos. No hace falta que se pellizquen. Esto es verdad. Realidad pura. Historia viva. Damián Salas es el nuevo campeón mundial de poker.
El argentino de 45 años, abogado de profesión y jugador de poker por vocación, uno de los tipos más apasionados por este juego, se consagró en el Rio All Suites Hotel & Casino de Las Vegas en la madrugada de este lunes 4 de enero en la Argentina, todavía la noche del domingo 3 de enero en Nevada.
Salas derrotó en el Heads-Up Championship a Joseph Hebert y no solo se llevó un millón de dólares sino que se quedó con el tan ansiado brazalete de oro y diamantes y el pasaje a la eternidad. La gloria. El sueño de todo jugador.
La palabra épica le queda corta a Salas, quien llegó a estar al borde de la eliminación. Pero al borde enserio: supo tener cinco ciegas en un momento del mano a mano, pero nunca se rindió y tras más de seis horas y media de heads-up, se pudo levantar para terminar la tarea que había empezado hace unas semanas en Rozvadov .
En aquel rincón de Republica Checa fue donde se había consagrado como el mejor del Resto del Mundo por US$1.500.000, pero debió viajar a Las Vegas —no sin antes sortear mil contratiempos— para unificar el título y derrotar a Hebert, el campeón de Estados Unidos, en su casa. De visitante.
Sin dudas fue un cuento de hadas. Se ciencia ficción y con todo lo que tiene que tener. Porque Salas se quedó con el brazalete, pero el mano a mano fue y vino, cambió de mando constantemente. Y tuvo en vilo a todos hasta el final. Sin transmisión televisiva –ESPN, dueño de los derechos, filmó todo pero lo pasará recién en febrero–, el minuto a minuto, mano por mano, se vivió en CodigoPoker con cientos de personas conectadas en busca de información.
El millón de dólares y el tan soñado brazalete
El comienzo del sueño
Al igual que había sucedido en Rozvadov, Salas empezó mandando en la mesa en busca de dar el golpe temprano en este Heads-Up. Logró sacar alguna leve ventaja para comenzar a dominar mientras su rival, tranquilo, bebía cerveza y disfrutaba del mano a mano.
Así Damián llegó al primer break en ventaja tras haber comandado los primeros seis niveles de 20 minutos cada uno. A esa instancia el argentino llegó arriba en fichas 557.000 contra 443.000 del estadounidense cuando las ciegas estaban en 3k/6k. Se llevaban jugadas 61 manos en el heads-up que los vio comenzar con un stack inicial de 500k.
La caída
La debacle para Salas, lo que lo empezó a hacer tambalear, sucedió al regreso de la pausa y justo después de conseguir una ventaja importante. La subida de Damián llegó en la mano #61, cuando logró ponerse con 617.000 fichas contra 383.000 de su rival, pero todo lo que sube, baja…
En los siguientes tres pases Hebert exprimió al argentino y recuperó la ventaja al recuperar 145k fichas. Joseph lo terminó de dar vuelta en una mano en la que abrió a 15.000, Salas pagó y el flop trajo K 6 A. Ahí el argentino hizo un check-call cuando Hebert puso 8k para ver el 2 del turn y volvió a repetir la acción tras pasar y recibir otros 22k.
El 10 del river completó el board y ahí sí Damián salió disparando con una pila de 38k, pero se encontró con que Hebert le hizo un snap-call y mostró el 8 9: color. Demasiado para el argentino, que quedó con 472k fichas contra 528 de su rival.
Encima la crisis de Damián se siguió profundizando en la mano #71. Hebert abrió a 20.000 desde el botón y Salas pagó en la ciega grande. El flop trajo: K K Q y el argentino check-raiseó hasta 28.000 la continuación de Joseph, quien completó la diferencia. La cuarta fue un 5 y Damián disparó 52.000 para ver un nuevo call del norteamericano.
El river mostró un 7 y luego de pensar unos momentos, Salas apostó 132.000. Hebert volvió a pagar y mostró K 4 para llevarse las fichas.
Esta mano, sumada a un par de pocitos foldeados por Damián, dejaron al argentino muy complicado: con 172k contra 828k de Hebert.
Hebert lo tuvo contra las cuerdas a Damián
Jugando en el precipicio
El primer all-in y call fue en la mano #83 del heads-up, ya en el nivel 9 en ciegas 5k/10k, y Salas se dobló: puso los 102k que le quedaban con A 2 y Hebert pagó con K 5 para ver el flop A J 4 6 4 que favoreció al de Chascomús.
La siguiente vez que Salas logró doblarse fue cuando Joseph abrió desde el botón y pagó el all-in del argentino por 134.000 fichas:
Hebert: K 9
Damián: 10 10
Las comunitarias volvieron a ayudar: A 7 6 4 7 para seguir con vida con 268.000 fichas vs. 732k de Hebert.
Para este momento lo único que estaba claro es que Salas no se iba a rendir fácilmente y que si le tocaba perder, vendería cara la derrota.
All-in o fold y a levantar
Cuando uno está tan abajo, solo queda subir. Así fue que Salas empezó a presionar e hilvanó una seguidilla de tres manos en las que se jugó y el estadounidense no pagó ni una vez. Así llegó al descanso de 10 minutos del nivel 14 (ciegas de 20k/40k) con 300 mil fichas contra 700 mil de Hebert.
El asunto se emparejó en un pase en el que Joseph abrió a 60k y Salas pagó en la grande. El flop fue: K 10 2 y el argentino check-calleó los 30.000 de su rival para ver una J en cuarta ante la que ambos pasaron. El river fue un A y tras un nuevo check-check, Damián mostró Q 10 para quedarse con el bote. Salas 480k fichas, Hebert 520k.
Después, en la siguiente mano, fue Salas el que abrió a 60k y Hebert, el que pagó. El flop trajo: 7 4 3 y ambos pasaron. La cuarta carta repitió un 3 y de nuevo hubo check-check. El river fue un 8 y Salas apostó 85.000 puntos para quedarse con el bote y el liderazgo: 540k fichas vs. 460k del yanqui.
De nuevo en carrera.
A Salas nunca le tembló el pulso
El sprint final
Increíble pero real, Salas estaba arriba, pagó un all-in de Hebert por 380k, lo perdió y quedó con cinco ciegas tras perder con K J
contra K Q de Joseph. Pero lejos de desmotivarse, la siguió peleando con su pila de 240k contra los 760k de su rival.
Así fue que algunas manos después, tras llevarse un par de pocitos, terminó all-in por 390k.
Hebert: A 8
Salas: A 10
El board 5 6 5 5 3 agigantó el kicker, ese 10 de diamantes que le terminó devolviendo la ventaja 780k vs. 220. Para este momento las ciegas estaban en 25.000/50.000.
La mano final fue la #173, seis horas y media después de haber empezado la definición. Hebert, que se había recuperado un poco, metió su resto de 390k y Salas, que le pidió que contará cuánto era, terminó pagando.
Salas: K J
Hebert: A Q
Otra vez parecía que la fortuna no estaría del lado del argentino, pero el flop 5 K 8 empezó a torcer el destino. El 5 del turn acompañó y el K del river terminó por darle el full ganador a Salas.
¡Campeón del mundo! Sean eternos los laureles, Damián.