Falta poco para que los pasillos del Rio All-Suite Hotel & Casino se vuelven a llenar de historias y con la WSOP 2021 seguro llegarán más anécdotas que recordar y algunos acontecimiento que suelen repetirse años tras años.

En una primera entrega se mencionaron cosas como el ajetreo colectivo, el sonido de las fichas, el desfile de grandes profesionales o perderse en el tiempo y ahora la lista aumenta con algunos otros aspectos a considerar tanto si se visita Las Vegas por primeras vez o si se es un asiduo de la cita más importante del porker a nivel mundial.

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Hellmuth y sus excentricidades

El 15 veces ganador de brazaletes WSOP suele ser un personaje bastante pintoresco y que llena de color el Main Event durante el día que decide jugarlo. Sus disfraces han sido diversos con atuendos de luchadores, veterano de guerra y hasta emperador romano. Aunque con el pasar de los años parece estar más recatado, el público asistente no está libre de verlo llegar de una forma inolvidable.

Exceso de cámaras

Ya se dijo que la WSOP es el punto de reunión de grandes jugadores de poker, estrellas del cine, artistas y deportistas, es por ello que un gran número de medios de comunicación también se dan cita para tratar de capturar los mejores momentos y ofrecer las reseñas más oportunas.

Es más que común ver a fotógrafos merodeando las mesas disparando sus cámaras para inmortalizar algún gesto o acción, a esto se les debe sumar los vlogs de jugadores como Daniel Negreanu o Elías ZeroS Gutiérrez , también la grabación del conocido «En la mente de un pro» de Winamax. Así que si se quiere escapar de los reflectores será un poco difícil.

Bad beat y burbuja

Entrar en un ITM de la WSOP ya es un logro que pocos alcanzan tomando en cuenta la cantidad de jugadores que se dan cita, mientras se van acortando los puestos de cobros y el brazalete está más cerca la emoción aumenta.

Escuchar gritos, aplausos y ver a jugadores rodeando una mesa es de las cosas más comunes que se ven durante la serie. Nadie quiere recibir un bad beat de último minuto que lo convierta en la burbuja del evento, sin embargo, es un peligro latente desde el instante que se paga el buy-in para algún torneo.