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El mago no encontró la magia y perdió un pozo de US$323K
Antonio Esfandiari volvió a las mesas televisadas y a pesar de que sus poderes fallaron una vez, al final de la noche fue el máximo ganador.
En el mundo actual, pareciera que existe una carrera por conseguir la productividad extrema y este ha sido un apartado que se viene trabajando en el poker con especial atención, sin embargo puede constituir una trampa contraproducente.
La eficiencia ha pasado a formar parte de los valores de cualquier organización empresarial que busca constantemente estrategias para optimizar el tiempo y sus recursos. Sobre las mesas y fuera de ellas, parece que los jugadores también se han obsesionado por encontrar las mejores practicas que lo hagan cada vez más productivos pero… ¿Esto es realmente bueno?
Uno de los problemas que puede ocasionar esta búsqueda desmedida es la llamada trampa de eficiencia que no se trata más que de situaciones paradójicas en las que los esfuerzos por aumentar la productividad fomentan en realidad una mayor falta de eficiencia. Así lo explica Barry Carter , coautor de The Mental Game of Poker.
Para entenderlo mejor, el estadounidense cita el ejemplo del llamado fenómeno de la «bandeja de entrada cero» en la que las personas se esfuerzan por vaciar diariamente su correo electrónico y aunque esta práctica promueve una buena gestión de tareas pendientes, también se puede terminar cayendo en un ciclo interminable de intercambios de correo electrónico para demostrar que existe gran productividad.
Más relacionado con el mundo del poker, se podría ver una similitud con el uso excesivo de los HUDs. El autor confiesa que últimamente se han valorado mucho las métricas y estadísticas en la toma de decisiones, sin embargo esto puede llegar a ser una distracción abrumadora.
Aunque no tiene nada contra este tipo de herramientas, Carter asegura que si un HUD es demasiado grande, el jugador puede quedar atrapado en una parálisis de decisiones lo que lo atenta con la productividad.