[EN VIVO] Enjoy Poker Tour: ya hay eliminados en la mesa final del Super High Roller
Con US$163.105 para el campeón, el evento de 5.500 dólares se define este sábado en el Enjoy Punta del Este con transmisión de CodigoPoker.
Blake Eastman no es solo un exjugador de poker. Es psicólogo, educador, emprendedor y uno de los investigadores más obsesivos del comportamiento humano aplicado al juego. En una charla profunda con Matt King
, Eastman abordó una de las creencias más populares de la industria: el valor del lenguaje corporal en poker. Su postura es clara: la mayoría de lo que se cree sobre los tells está mal interpretado o directamente es falso.
“El 93% de la comunicación no es no verbal, eso nunca fue cierto”, afirmó, cuestionando el origen de datos mal usados. Según Eastman, la gente comete “negligencia narrativa”, creando historias alrededor de gestos o actitudes que, por sí solos, no significan nada. “Una ceja levantada no siempre quiere decir duda. A veces solo tienes picazón. Pero si lo encajas en una narrativa, se vuelve una profecía”.
Durante años, Eastman entrenó a jugadores de high stakes analizando videos, parpadeos, microexpresiones y posturas. Pero su objetivo no era encontrar tells “universales”, sino enseñar a los jugadores a detectar los propios y a entender cómo sus movimientos afectan la percepción ajena.
Uno de los puntos más llamativos del episodio fue su crítica a las etiquetas personales. “Si dices que eres introvertido, yo ya tengo ventaja. Estás atrapado en una narrativa que yo puedo usar en tu contra”. Según Eastman, aceptar etiquetas sin cuestionarlas —como llamarse tímido, ansioso o incluso “psicópata”— crea límites mentales y decisiones sesgadas.
“No se trata de ver tells. Se trata de entender cómo los generas y cómo pueden ser manipulados por otros”.
Con más de US$400.000 invertidos en su programa de análisis conductual, Blake lideró equipos en Filipinas que llegaron a contabilizar más de 600.000 parpadeos manualmente. ¿El resultado? Los patrones de comportamiento no son replicables entre personas. Son profundamente individuales. Lo que para uno es nerviosismo, para otro puede ser concentración. Por eso, afirma, hay que mirar menos a la teoría… y más al individuo.
Blake Eastman: «No se trata de ver tells. Se trata de entender cómo los generas y cómo pueden ser manipulados por otros».
Eastman no se quedó solo en el análisis de mesas. Su enfoque se ha expandido al mundo empresarial, al coaching de líderes y hasta al ámbito familiar. Y si algo deja claro es que el conocimiento del comportamiento humano solo tiene valor si se aplica con humildad. La perfección no existe, insiste, pero el crecimiento sí.
Durante la pandemia, perdió su empresa, su estructura y hasta su equipo. Pero en lugar de hundirse, aprendió. “Fue ahí, cuando lo perdí todo, que sentí que realmente tenía algo mío”, confesó. Desde entonces, su vida cambió: menos ego, más enfoque, más eficiencia. Más propósito.
Actualmente, trabaja en un proyecto ambicioso que busca integrar comportamiento humano con inteligencia artificial. “Es lo más difícil que he intentado. Pero incluso si falla, sé que puedo construir algo útil con los restos del intento.”
“Obsesionarse con el error es parte del camino”, cerró, dejando claro que entender a los demás —y a uno mismo— es una ciencia en constante ajuste. No hay lenguaje corporal perfecto. Solo curiosidad permanente.