Si bien es cierto que para llegar a la excelencia en el poker se debe convertir en una actividad casi obsesiva, también hay que reconocer que existen otros caminos para destacar y rentabilizar las mesas.

La característica principal de un profesional es que este se dedica un 100% al mundo de las cartas y de ahí provienen las mayoría de sus ganancias. Aún así, también existe una gran mayoría de personas que juegan al poker como actividad secundaria o un pasatiempo. El punto a destacar es que llegar a lo más alto de la carrera como jugador, no es la única vía que se debe perseguir.

Entender las llamadas realidades del poker es uno de los primeros pasos comenzar a disfrutar el juego en las mesas. Por otro lado, se debe evitar caer en las comparaciones y aprender que las circunstancia de cada jugador son distintas. No son las mismas responsabilidades y tiempo disponible de una persona que aún estudia en la universidad a las de un padre de familia.

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Últimamente se generalizado la idea de que el único camino válido para dedicarse al poker es mediante la dedicación absoluta, muchas horas de estudio y sacrificios extremos y esta podría ser catalogada como una de esas mentiras que nos cuentan para no mejorar.

El jugador que tenga un trabajo de 8 horas y responsabilidades en el hogar, debe aceptar esta realidad y aspirar a metas más realistas como ir mejorando poco a poco en el tiempo disponible para tratar de conseguir unos ingresos extras sin sentirse frustrado por no dedicar la misma carga horaria y recursos que otros grinders.

En ese sentido, el fundador y coach de la escuela MentoPoker, Miguel Spadejack10 Teus publicó un extracto de una reciente transmisión en la que debate acerca de este tema, asegurando que existen varios niveles de compromisos que no deben menospreciarse. También detalla algunas herramientas de estudio y tiempo que se puede dedicar a la mejora fuera de las mesas para una persona con horas limitadas.