Luto en el poker: André Feldman y su esposa murieron en un accidente aéreo
El empresario brasileño de 50 años y su mujer de 49 fallecieron luego de que se desplomara el helicóptero en el que viajaban. Sobrevivió su hija de 12 años.
Con el auge del formato torneo en el mundo del poker, también llegó el concepto del deal: un acuerdo que se hace entre jugadores (usualmente entre los que llegan a los puestos más altos) para repartir el pozo de premios según criterios acordados en ese momento, saliéndose de la estructura de pagos estipulada previamente por la organización.
Esta práctica se ha vuelto cada vez más usual, sobre todo en torneos en vivo, en los que los competidores llegan exhaustos a los últimas manos luego de jugar durante días. Sin embargo, hay algunos profesionales, como Jonathan Little que se cuestionan el hecho de usar demasiado este recurso.
El pro y coach estadounidense realizó recientemente un posteo en sus redes sociales en el que analiza las situaciones en las que puede llegar a convenir -o no- hacer un deal. Antes que nada, se debe tener en cuenta que hacer un deal nunca es obligatorio, ya que todos los jugadores acuerdan respetar los términos de la organización al inscribirse en un evento, a menos que la totalidad de los jugadores acuerden algo distinto.
Should you ever make a DEAL at the end of a poker tournament?
In some situations, you should.
But, if you’re serious about improving your game, taking a deal might be holding you back more than you realize.
Here’s why skipping deals can boost your poker career… 🧵👇
— Jonathan Little (@JonathanLittle) January 3, 2025
Uno de los primeros puntos que Little señala en contra del deal es que «repartir premios en límites bajos te previene de ganar experiencia jugando heads-up, mesas short-handed y situaciones de alta presión». Pasar por este tipo de situaciones a través del grind es fundamental para el desarrollo del jugador. Saltearlas por la comodidad de hacer un deal puede significarnos un perjuicio a largo plazo.
Little señala que «la diferencia de equity entre un 1° y 2° puesto en límites bajos usualmente es menor», por ejemplo una diferencia de entre US$100 y US$500, mientras que «en los límites altos esa diferencia puede tratarse de cifras que pueden cambiarte la vida (hasta US$100.000)». Por eso, «es mejor jugar y ganar experiencia en torneos más pequeños».
Otro punto a considerar son los rivales. Según Little, «si tus oponentes están presionando para hacer un deal, hazles pagar por ello negociando mejores condiciones. Solo deberías aceptar acuerdos en los que obtengas una clara ventaja».
También se podría considerar un acuerdo en situaciones en las que «estés jugando por cifras que te cambien la vida. E incluso entonces deberías cuestionarte si estás jugando muy alto para tu bankroll», aclara Jonathan en su posteo. Y agrega: «Puedes considerar repartir cuando estés jugando contra jugadores significativamente mejores, con más experiencia en juego short-handed o heads-up. Pero no cuentes con que vayan a aceptar».
Uno de los métodos que Little aconseja usar es el llamado «Chip Chop». Este método asigna los pagos según la cantidad de fichas que tenga cada uno en su stack. «Por ejemplo, si quedan cuatro jugadores con un pozo restante de US$1.100 (US$500 al 1º, US$300 al 2º, US$200 al 3º y US$100 al 4º) y los stacks son de 100BB, 30BB, 20BB y 10BB, usando este método, el jugador con 100BB debería quedarse con el 62,5% del pozo, o sea, US$687,50».
También existen situaciones en las que un jugador desea tanto quedarse con el trofeo de campeón que incluso ofrece acuerdos sumamente favorables a sus rivales. En estos casos, puede que valga la pena evaluar la propuesta si lo que nos interesa es el dinero y no la estatuilla o la copa.