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Por: José El Profe Litvak
En la cuarta calle, comienzan las etapas definitorias de una ronda. Con el turn, se conocen seis de las siete cartas que pueden formar un juego, esto es el 85,71%. En este momento, muchos ya se han concretado, y se redujeron a la mitad las probabilidades de quienes aún no lo han logrado.
Esta no es una etapa para tibios. Ahora, las decisiones son más costosas; se pueden perder las próximas apuestas más todo lo ya invertido. Por ello, la evaluación de la situación y las decisiones deben ser precisas.
En el turn, hay más en juego y todo es oneroso. El pozo creció, y los competidores buscarán quedarse con él, de cualquier manera. El anhelo de concretar proyectos debe ser cuidadosamente evaluado, porque las odds mermaron. Por el contrario, si creemos que nuestro par mayor o pares dobles ganan, y existen draws con posibilidades, es el momento para hacer pagar caro las búsquedas.
Lo ideal es lograr que lo hagan fuera de odds (independientemente del resultado final de la ronda en particular). En el mediano y en el largo plazo, generará beneficios. Si lo que necesitábamos no apareció o lo que hay que pagar para seguir en juego no tiene relación con nuestras pot odds, foldeemos. Evitemos la tentación de pagar por estar comprometidos con el pozo.
Acotar las pérdidas también es ganar.
Según Daniel Negreanu , “el turn es la calle más difícil y crucial para jugar. Se puede aprender qué manos jugar preflop y algunas reglas sencillas ayudan relativamente bien para el flop. Pero el turn distingue a los grandes jugadores de los mediocres. En el turn, deberías tener ya suficiente información sobre las manos de tus oponentes. Después de haber visto su acción preflop, su juego en el flop y la textura del board, el turn es la calle donde necesitas tomar decisiones clave con respecto a lo que llevan tus oponentes”.
Como en toda nuestra “faena”, una vez evaluado el nuevo estado de situación, que puede ser diferente del presumido, debemos confirmar o rectificar la estrategia y fijar el nuevo horizonte. Si las posibilidades de éxito son ahora más remotas, con foldear resolveremos la encrucijada. Por el contrario, si se consolidó la buena perspectiva, trataremos de sacar todo el valor posible al buen juego.
Esta no es una etapa típica para limpiar la mesa, salvo para evitar la concreción de juegos. Sí lo es para echar, cerrar la ronda y para llevarnos el pozo sin disputa. Todo lo ya conocido influirá para evaluar apropiadamente la nueva realidad y para concretar la estrategia en acciones.