Phil Hellmuth no necesita presentación. Durante mucho tiempo fue el jugador más joven en haber ganado el Main Event de la World Series of Poker y, a ese triunfo, le sumó doce brazaletes en más de veinte años de carrera. Admirado por muchos (y odiado por muchos más), Hellmuth ha aprovechado cada oportunidad para declarar que es el mejor jugador de NL Holdem del mundo y avala su afirmación con trece pulseras de la WSOP y varios millones de dólares de ganancias en su carrera.

1. Hellmuth antes de Hellmuth

La carrera de Phil Hellmuth no pude haber sido más diferente de lo que sus padres, y su entorno, habrían esperado para él. Su padre era un reconocido y respetado decano en la Universidad de Wisconsin que esperaba que su hijo siguiera una carrera en materias tan serias como medicina o leyes. Phil era el mayor de cinco hermanos y se esperaba que marcara el ejemplo para ellos y nada de esto incluía ser un jugador profesional de poker.

Hellmuth conoció el poker a los doce años con sus amigos del barrio y era con ellos con quienes jugaba sus primeras partidas por centavos de dólar. En vacaciones, cuando iba a las montañas, también seguía jugando y años más tarde reconocería que, durante su adolescencia, tuvo visiones del éxito que tendría en un futuro.

Sin embargo, sus primeras partidas serias fueron ya como un universitario en la Universidad de Wisconsin, donde participaba en las mesas de NL Holdm que reunían a un mix interesante de competidores: taxistas, estudiantes, profesores e inclusive doctores.  Phil no duró mucho en su carrera universitaria: le bastaron unas pocas semanas de ser ganador constante en la partida casera y tomó la decisión de dejar su trabajo de medio tiempo y también sus estudios para comenzar a jugar poker de manera seria, como única opción de mantenerse a sí mismo. Su experiencia no fue muy buena y pronto tuvo que encontrar otro trabajo para subsistir, pagar sus deudas y tener un bankroll con el que comenzó a jugar de nueva cuenta.

Como era de esperarse, la familia de Hellmuth, especialmente su padre, no miró con buenos ojos las decisiones de su hijo. Tras muchas discusiones, Phil aceptó volver a la Universidad pero siguió jugando poker y esta vez era regular de una partida mayor en la que jugaban, principalmente, doctores y profesores. «Una vez gané $2.700 dólares», recuerda, «Era la mayor cantidad que alguien había ganado en ese lugar». Pronto volvió a dejar sus estudios y, gracias a otras partidas, su bankroll era ya de $20.000 dólares y estaba listo para ir a la meca del juego.

En el año nuevo de 1985, Hellmuth llegó a Las Vegas para, por primera vez, sentarse en una mesa de poker en un casino. Sabía que era bueno para batir las partidas de Wisconsin pero no sabía si eso era suficiente para ganar a los profesionales de Las Vegas. Su respuesta llegó rápidamente: después de muchas partidas maratónicas perdió todo su bankroll. Su última partida en ese año duró casi 52 horas y sólo dejo la mesa cuando no tenía más fichas para seguir apostando.

Sin embargo, no fue la única vez que Hellmuth se encontró en bancarrota. Aunque parezca increíble, durante los siguientes nueve meses viajó a Las Vegas con la esperanza de vencer a los regulares y nueve veces volvió a su ciudad natal con los bolsillos vacíos con la necesidad de reconstruir su bankroll. «Era como una pesadilla», afirma Hellmuth, «Pero con cada viaje ganaba más confianza y me convencía de que la partida podía ser superada».

En el décimo viaje, tras haber realizado una lista de objetivos que incluía ganar el Main Event de la WSOP, escribir un best-seller y comprar una casa, Hellmuth consiguió la ansiada victoria contra los profesionales de Las Vegas. Comenzó a ganar de forma recuente pero ahora se enfrentaba a otros problemas: sus ganancias no duraban mucho pues se esfumaban en las mesas de juego del casino, especialmente en los dados. Tuvieron que pasar muchos meses para que pudiera dejar de jugar en las mesas y, hasta la actualidad, afirma que en el casino sólo participa en las partidas de poker.

La carrera como profesional de Hellmuth, al menos en lo que respecta a los torneos, despegó en el verano de 1988. En un festival de torneos llevado a cabo en el Bicycle Casino de Los Angeles obtuvo un segundo puesto por $68.000 dólares y días después ganó el Evento Principal por $145.000 dólares superando a jugadores como Johnny Chan, Jack Keller y T.J Cloutier.

Con esos resultados, su familia comenzó a ver con buena cara la actividad de Hellmuth y él quedó muy sorprendido cuando su padre le reveló que quería viajar con él a Las Vegas para verlo jugar el Main Event de la World Series of Poker de 1989.

Nadie, ni siquiera ellos, se imaginaba lo que sería ese viaje.

Esta es la primera parte del perfil de Phil Hellmuth. La segunda y última parte se publicará el próximo martes 24 de diciembre.