La mayoría de personas comienzan a jugar al poker en la búsqueda de una serie de razones como la libertad financiera, sin embargo a medida que pasa el tiempo se descubre que esa meta tarda en llegar más de lo esperado y esto puede causar cierto grado de ansiedad.

Un término que los coachs y profesores repiten constantemente es el «largo plazo». La idea de que las cartas premian la constancia y disciplina se ha convertido en un denominador común entre jugadores, aunque en una sociedad donde casi todo está al alcance de un clic o con un mínimo esfuerzo, este escenario planteado puede parecer frustrante.

Si a todos este panorama se le suma que otros cuantos también comenzaron en esta carrera para dejar sus trabajos habituales, tener dinero extra o pagar algunas deudas, ahora la inconformidad puede ser incluso doble. Por un lado deben seguir con su empleo y por el otro no está teniendo los resultados esperados en las mesas o por lo menos no son tan tangibles como se esperaba.

Algunas herramientas útiles

Básicamente hay dos maneras de calmar esta ansiedad del largo lazo, ellas son recomendadas y aplicadas por especialistas del mental game.

La meditación mediante el control de la respiración, fomenta tener la mente y cuerpo enfocados en una sola cosa: la entrada y salida de aire. Esto ayuda a evitar los pensamientos relacionados con querer controlar el futuro o poder predecirlo, en sí, estas son la principal causa de la ansiedad.

En segundo lugar, dividir las metas en tanto objetivos pequeños como se pueda ayudará a fomentar la calma. Querer la mencionada independencia financiera es un destino algo intangible, en cambio, colocarse pequeñas tareas diarias o semanales como estudiar o jugar x cantidad de horas ayudará a experimentar sentimientos de satisfacción por objetivos cumplidos. Aquí también vale destacar que esas micro tareas deben ser cuantificables.

Por último, siempre se tiene que tener presente que el poker es un juego y aunque representa una actividad competitiva, hay que recordar el elemento de entretenimiento que brinda y no convertirlo en una obligación.