Ser un jugador de poker o por lo menos intentarlo forja en la persona una serie de hábitos, destrezas y enseñanzas que consciente o inconscientemente pueden ser utilizadas en el día a día fuera de un torneo o sesión.
Durante los últimos tiempos el poker ha evolucionado de tal manera que para ser un ganador constante no solo es necesario conocer y dominar los aspectos técnicos del juego sino que un gran parte se debe al desarrollo mental asociado para manejar correctamente las emociones así como tener una visión mucho más amplia de todos los componentes que interactúan en la dinámica de una partida.
Ciertamente, el poker no es lo mismo para todas las personas y muy probablemente según la manera en que se vea o defina este juego determinará no solo la estrategia a seguir sino que también delimitará las enseñanzas que se pueden llevar a la vida cotidiana. Mirar el poker desde una visión meramente de entretenimiento nunca será lo mismo que verlo desde un lado matemático, solo por nombra un ejemplo.
A pesar de ello, existen algunos factores que son puestos en práctica para todos por igual y que se pueden aprovechar de muchas maneras. Si el poker forma parte de la vida ¿por qué limitar sus enseñanzas solo a las mesas?.
En primer lugar, todo ser humano está lleno de emociones que durante una partida es fundamental saber controlar ¿por qué no hacer lo mismo en el día a día?. Un jugador de poker es mucho más difícil de leer si puede ocultar la alegría de tener una buena mano, la ansiedad por apostar rápidamente o la rabia por haber perdido un gran bote, dicho control se puede trasladar al tráfico, trabajo o casa cuando ser deben tomar decisiones objetivas sin que las emociones afecten.
Por otro lado, algunos afirman que un jugador es un eterno inconforme que debe tener un alto grado de tolerancia a la frustración y un gran nivel de paciencia. Poder aplicar esas mismas herramientas a la circunstancias que se presentan diariamente y que no siempre son agradables es otra forma de trasladar dicho conocimiento.
Estas líneas podrían ser interminables tratando de nombrar todas aquellas virtudes que nacen en las mesas, queda de cada quién determinar cuales son las que lo definen y sobre todo, hacer un trabajo de introspección para poner en práctica esos hábitos de mentalidad ganadora con las cartas.
Por último, cuando se presente una situación en la vida, se puede buscar responder a preguntas como ¿A qué se asemeja del poker? ¿Cómo actuaría mi yo jugador ante este movimiento?, muy probablemente estas interrogantes darán una visión más estratégica de como afrontar dicho acontecimiento.