El hero fold de Phil Hellmuth durante una partida contra billonarios
The Poker Brat presumió en redes sociales un fold que hizo mientras jugaba una partida casera con otros millonarios la semana pasada.
América Latina siempre ha sido considerado como un destino exótico. Sus paisajes increíbles, la cultura de la gente e incluso la variedad gastronómica de cada país atraen a propios y extraños. En el mundo del poker esto no podía ser diferente: cuando PokerStars se dio cuenta que el European Poker Tour tenía éxito y lo mismo ocurría con el Asia Pacific Poker Tour, la decisión era inevitable.
A principios de 2008 la sala de la pica roja anunció la creación de un nuevo circuito regional de torneos en vivo: el Latin American Poker Tour (LAPT). Este tour tenía el objetivo de acercar los países de Latinoamérica una experiencia excepcional de torneos en vivo. Los jugadores respondieron con gusto y, con seis temporadas en la historia, el LAPT ya es el circuito de poker más importante y prestigioso de la región.
El LAPT llegaba para llenar un espacio en el poker latinoamericano: “El LAPT pondrá a Sudamérica en el mapa como el nuevo destino para jugar torneos de alto nivel”, decía Glenn Cademartori, el entonces Presidente del circuito cuando se anunció el LAPT.
La primera temporada del LAPT tuvo sólo tres etapas pero cada una de ellas fue espectácular a su manera: Rio de Janeiro fue el debut del circuito, Costa Rica el epicentro y Punta de Este la Gran Final. En menos de tres meses el LAPT había nacido y su primera temporada quedaba guardada como un éxito.
Cuando el LAPT inició el European Poker Tour ya se había consolidado como el mejor circuito de torneos del viejo continente con cuatro temporadas de éxito. No fueron pocos los jugadores europeos que decidieron cruzar el océano para participar en el LAPT y, quizá por su experiencia, dominaron con soltura las dos primeras temporadas.
En la primera etapa, la de Río de Janeiro, fueron 214 los jugadores que dijeron presente en las mesas, pagando cada uno $2.700 dólares para poder tener un lugar en la mesa. Después de tres días de competencia la mesa final era un mix de jugadores de la región con europeos notables. De ellos, el ganador fue el holandés Julien Nuijten quien se llevó $222.940 dólares y el primer trofeo del LAPT.
«Este primer evento del Latin American Poker Tour en Río tuvo un éxito fenomenal,» dijo Glenn Cademartori, Presidente del LAPT. «Ya sabía lo apasionados que son los latinoamericanos con el poker, pero de todas maneras me sorprendió el ambiente jubiloso del torneo, y el gran entusiasmo de los jugadores y sus seguidores”.
En la segunda etapa de circuito la participación sorprendió a todos: San José de Costa Rica recibía a 398 jugadores llevando la bolsa de premios hasta los $965.150 dólares, con seguridad el torneo más grande celebrado en Latinoamerica. La mesa final, sin embargo, no tuvo a ningún representante de la región, muy contrario, eran europeos y estadounidenses los que decían presente en la última instancia.
Desde Hungría Valdemar Kwaysser se encargó de destrozar una de las mesas finales más cortas en la historia del circuito: sólo cuatro horas. A fuerza de bad-beats, el húngaro fue eliminado rivales hasta quedarse con el premio mayor de $274.103 dólares y reafirmar así la hegemonía europea del circuito latino.
La Gran Final de la temporada uno del LAPT tuvo como sede la espectacular Punta del Este. Con el mismo buy-in de $2.700 dólares fueron 351 participantes y esta vez parecía que el trofeo podía quedarse en casa. En la mesa final había argentinos (Lisandro Gallo, Juan José Pérez), brasileños (Alexandre Gomes, Paulo Cesar Ribeiro) y un regular del poker latino, Alex Brenes, hermano del Team PokerStars Pro, Humberto Brenes.
Sin embargo, la suerte fue esquiva con la armada latina y el título se fue directo a España con la victoria de José Miguel Espinar que se impuso en un Heads-Up de cuatro horas a Brenes para finalmente llevarse $241.735 dólares.
La primera temporada del LAPT había terminado y de este lado del mundo no se había quedado ningún trofeo.
La segunda temporada del circuito arrancó apenas tres meses después de la victoria de Espinar y la principal novedad fue que Viña del Mar se añadió al calendario. En esa nueva etapa fue precisamente donde el poker latinoamericano se presentó en sociedad pues Fabián Ortiz se consagró como campeón superando una mesa final que, además, tenía sólo presencia latina.
Después de 3 días de juego (incluyendo una burbuja de dos horas y media en el día dos), el argentino Ortiz ganó su primer título internacional y lo hizo de forma épica pues cuando quedaban sólo cuatro jugadores se había quedado con apenas media ciega grande. Pero Ortiz no se dio por vencido y poco después se enfrentaba en el Heads-Up contra Vincenzo Gianelli de Venezuela.
Cuando todo estuvo dicho, Fabián Ortiz se consagraba como el primer campeón latinoamericano del circuito embolsándose $141.426 dólares. Era el primer capítulo de una historia personal que durante los años siguientes seguiría dando alegrías al poker albiceleste.
En la segunda temporada la sede ausente fue Brasil. En su lugar, hubo otro nuevo destino: Mar del Plata, Argentina. En un clásico destino vacacional de la costa argentina, un joven alemán de sólo dieciocho años volvió a dominar el LAPT. Dominik Nitsche fue uno de los 291 jugadores que arribaron a la Gran Final de la segunda temporada del circuito y en la mesa final contaba con un masivo liderato pero tenía ante sí a dos poderosos contendientes: Los Team PokerStars Pro, Leo Fernández y Nacho Barbero.
Sin embargo, la mesa final fue toda de Nitsche. A base de agresión y un memorable cooler contra Leo Fernández y Sergio Farias con par de ases contra reyes y dieces, nadie tuvo nunca oportunidad de detener al alemán hacia la victoria y un cheque de $381.030 dólares, el más grande entregado en la historia del circuito.
Con un solo campeón latino, nadie podía anticipar lo que vendría en la tercera temporada del Latin American Poker Tour.