Bien lo escribió Napoleón Bonaparte al final de un libro de Nicolás Maquiavelo por allá en 1532: «El fin justifica los medios». Y es que justo esta frase encierra lo que significa el poker para muchas personas que buscan sobresalir a través de las cartas.

Jugar al poker siempre ha sido sinónimo de libertad, de poder dedicarse a una actividad sin jefes ni horarios de oficina y con una promesa en el horizonte de alcanzar una verdadera independencia en muchos sentidos, el problema ocurre cuando se llega a confundir dicho medio y se piensa que es el fin último.

¿Cuál es tu meta en la vida? La respuesta a esa pregunta puede resulta mucho más difícil de responder de lo que parece. Muchos podrán decir que es «pagar el estilo de vida que se desea», «sentir seguridad y libertad», «ayudar a otros» o simplemente «ser feliz». Lo importante aquí es tener dicho objetivo bien definido y trabajar todos los días por alcanzarlo.

Se podría afirmar que la gran mayoría de jugadores encajan en algunas de las respuestas dadas anteriormente y han encontrado en las mesas un camino para lograrlo. Saber que sentimientos o experiencias de vida se quieren lograr también pueden ayudar a tomar decisiones de cambio en el camino.

Se dice que solo un pequeño porcentaje de grinders realmente viven de sus ganancias y por el contario, existe otra gran mayoría que llegan a frustrase al no conseguir ser rentables y pasan años probando distintas estrategias, modalidades y escuelas, pero… ¿Es realmente lo que se quiere?

Tener siempre presente el fin último, puede ayudar, por ejemplo, a abandonar las mesas de forma definitiva si se determina que se ha convertido en un obstáculo mas que en un beneficio. En la otra cara de la moneda también estarán aquellos que han obtenido grandes logros en el poker pero que este dejó de llenarles a nivel personal.

Por último, especialistas en materia de superación personal resaltan que trazar metas bien definidas es el primer paso del camino hacia el éxito. Esto puede ayudar a muchos jugadores que se sienten desanimados o frustrados en las mesas a pasar la página y poner rumbo a otras actividades.