Uno de los tantos prejuicios que la gente tiene sobre el poker recaen en el ambiente en el que se desarrollan las partidas. Mujeres, alcohol, drogas y dinero de dudosa procedencia dan vueltas por el imaginario colectivo de muchos que no entienden que, a decir verdad, esa percepción escapa casi completamente de la realidad.

El alcohol, conocida como la droga social, está en muchas situaciones de la vida. Celebraciones, descansos después de una larga jornada laboral o al final de la semana, siempre son buenos momentos para reunirnos con amigos y tomarnos un par de tragos. En el poker, una partida casera un miércoles por la noche acompañado de unas cervezas es la fórmula perfecta para afrontar la mitad de semana. El problema, sin embargo, es el exceso o cuando comienza a condicionar nuestro comportamiento dentro y fuera de las mesas.

En general se puede decir que el alcohol produce un efecto de expansión de la personalidad del individuo. Si una persona es extrovertida, un par de tragos lo pueden convertir en un ser extravagante o, por el contrario, que se aísle si es introvertido. En el jugador de poker tiene dos efectos muy distantes: por una parte, a muchos le puede ayudar a tomar decisiones y mayores riesgos sin presión o que los disperse de forma tal que no pueda recordar sus cartas o reglas del juego.

Lo cierto es que el alcohol debería ser controlado en cualquier momento por los factores reguladores de una partida como podría ser los dealers o el manager de sala y obviamente, por el propio jugador. No se trata de prohibirlo pero sí de moderarlo para que no sea un factor externo que afecte el desarrollo del juego. 

La Serie Mundial de Poker prohíbe el consumo de alcohol es sus mesas televisadas, sin embargo se han conocido casos de jugadores que incluso han ganados brazaletes estando ebrios o que por el contrario han tenido que ser descalificados por insultos y agresiones a los demás participantes.

La regulación en el consumo de alcohol a los jugadores en partidas, torneos y casinos es un tema que levanta mucho polvo todavía. Hay muchas opiniones encontradas y reglas muy locales al respecto que complican tener un criterio general acerca de este tema. El uso de marihuana o estimulantes para el déficit de atención son temas que también causan controversia de una mesa de poker pero eso es harina de otro costal para tratar en otra oportunidad.