Todo jugador se levanta, desayuna, almuerza, cena y se duerme pensando en poker, no importa si eres un profesional o estás en vía de serlo. Lo cierto es que para un jugador semiprofesional esto puede ser un castigo, algo parecido a lo que le sucede a Superman cuando debe destinar horas de su vida a cubrir noticias en el diario Daily Planet de Metrópolis.
A Leo Messi o Rafael Nadal , por citar dos ejemplos, les debe pasar algo similar. Es imposible que después de un juego se olviden de todo lo ocurrido en la cancha o que solo esperen el silbato inicial para pensar en los próximos minutos que tienen por delante. Ellos son privilegiados y no solo por el dinero, sino por tener disponible el 100% de su día para dedicarse a los que les gusta o más bien planificar su día en función a ello. Del otro lado de la ecuación están los semiprofesionales que aunque quisieran estar todo el día estudiando, jugando y conversando de poker, deben mantener su «identidad secreta» en la oficina durante 6 u 8 horas.
Un empleado promedio tiene cerca de 4 horas al día para descansar o dedicarlas a otras actividades. Sí, solo 4 horas, por ello es muy importante tener un sistema que permita aprovecharlas al máximo y poder, en ese corto lapso de tiempo, desarrollar tareas que ciertamente estén enfocadas a la mejora como jugador.
Algunos consejos
- Así como se planifican las actividades diarias de oficina, también se deben hacer para el poker. Determina la cantidad de horas libres que tienes y asigna una tarea para cada una de ellas.
- Utiliza el horario de almuerzo en el trabajo o el tiempo muerto que usas para trasladarte entre casa y oficina para leer y estudiar sobre poker. Puedes llevar videos, libros en formato PDF o registro de tus manos en el teléfono para analizarlas mientras pasas horas en el tráfico o caminando.
- Una imagen vale más que mil palabras: los videos son un recurso fundamental para optimizar el tiempo y lograr hacerse con mayor información en poco tiempo.
- Establece las sesiones de juego en función a números de manos y no de resultados; la cantidad de dinero que se puede ganar o perder en incierta así que es un facto que no puedes medir para determinar en el tiempo cuándo es hora de parar.
Aprendiz de todo, maestro de nada
Al tener poco tiempo para dedicarle al poker es muy probable que la ansiedad se haga presente en muchas ocasiones al día. Querer controlar todo lo que se hará en un par de horas o todos los conocimientos que queremos tener, es un herramienta que juega en nuestra contra.
Lo más importante es tener una planificación adecuada y ser fiel a ella, todo gran profesional comenzó con pequeños logros y metas. Igual debe ser el aprendiz de poker: jugar 1.000 manos, ver una hora de videos, leer 15 páginas del nuevo libro son tareas reales y medibles que te ayudan a tener el foco en un solo objetivo. Recuerda que el que mucho abarca poco aprieta, así que la atención siempre debe estar en una gran dirección que debes tener el poder de subdividirlas en pequeñas metas que se ajusten a el tiempo disponible.
No hay que desesperarse y sentir que es poco el tiempo que se le dedica a esta pasión. El poker es una carretera de 200 kilómetros sin iluminación: tu conduces el auto y solo necesitas la visibilidad de los próximos 10 metros que te permiten los focos del carro.