Los treinta años de edad son tomados por nuestra sociedad como un referente de madurez; un momento en la vida en el que los caminos que un hombre decide recorrer, empiezan a enrutarse hacia las estaciones definitivas. Eso lo sabe bien el pokerista chileno Álex Manzano , quien llega a deshojar su trigésimo calendario en medio de la satisfacción que le causa haber vivido en el 2014 su mejor año como profesional del poker, consolidando una exitosa transición de su juego a la modalidad de cash Omaha y logrando posicionar su dedicación plena a este deporte mental con sus roles de embajador de la sala YaPoker y de instructor para el portal Run it Once, quizá el más prestigioso del mundo en cuanto a análisis y estudio del poker se refiere.
Para que Manzano recogiera frutos tan gratos de su cosecha, tuvo que ocuparse con juicio y constancia de hacer una buena siembra. Nacido en Caracas , pero residente en Santiago desde la infancia, Álex conoció la baraja y sus encantos como una actividad social: “Cuando chico recuerdo haber empezado a practicar juegos de cartas: carioca, solitario, canasta… Juegos que le encataban a mí madre. Y alguna vez los empecé a jugar y me gustaron. Pero eso es muy aislado”, cuenta nuestro invitado, remontándose a la adolescencia.
Los inicios
Entre esos primeros encuentros con los naipes, Manzano conoció el draw poker. Sin embargo, pasarían bastantes años para que se presentara ante él la modalidad que le cambiaría para siempre la vida, llevándolo a ver este juego como una actividad competitiva: el Texas Holdem.
“Tenía 18 ó 19 años cuando vi a mi hermano jugando Texas Holdem con sus amigos. Jugaban partidas de unos 40 dólares. Encontré muy divertida la posibilidad de ganar dinero apostando así. En principio pensé que era un juego de pura suerte. Justamente en ese tiempo se veían los eventos del World Poker Tour (WPT) por televisión, pero los más antiguos, los pasaban en un canal que no recuerdo. Eran los tiempos en que Phill Ivey ganó un par de torneos. Estaba también Chris Ferguson , Lederer ”, rememora con claridad el austral.
A medida que se fue enganchando a esta disciplina, Manzano empezó a reconocer la magnitud de lo que el poker podría permitirle alcanzar:
“Veía que los jugadores en los grandes torneos ganaban sumas de dinero gigantes: 1 ó 2 millones de dólares y decía: ‘¡Wow, qué increíbles estos torneos! ¡Estos tipos tienen que ser realmente muy buenos para esto!’ Empecé a pensar que si ellos podían tener esas inmensas ganancias, yo también podía hacerlo alguna vez. Así me inicié en las mesas de a poco, jugando en garitos. Siempre tuve que hacerme yo el dinero, entonces trabaja de croupier, o conseguía otro trabajo y ajustaba el dinero y jugaba”, va contando Álex, a medida que su tono se acerca al de una confidencia.
De esta manera, Álex tuvo que ganarse primero una apuesta a sí mismo, para poder ir a buscar la que quería tomar en los paños. Con trabajos itinerantes, el futuro ganador del Evento Principal de la parada de Brasil del Latin American Poker Tour (LAPT) 2011, obtenía lo que requería para ir a inscribirse a un torneo o jugar en mesas de cash:
“Al principio jugaba unos torneos que se hacían en clubes, que eran de 10 dólares, de los cuales 4 eran rake y 6 eran para el pozo. Jugábamos como 30 personas. También jugaba los shastas en Everest Poker, que eran freeroll, de Limit Holdem; repartían 10 centavos (de dólar) entre los 3 primeros lugares. Como a las 3 ó 4 semanas de jugar los sit and go de 10 dólares, uno de los dueños impulsó la organización de torneos a los que llamó ‘high stakes’, para los días jueves, que fueron de 30 dólares. Después se empezaron a armar mesas de cash de 10-20 centavos de dólar (haciendo el cálculo con la moneda chilena en ese tiempo) con entrada inicial de 20 dólares. Luego en los clubes de Santiago se empezaron a abrir mesas de cash de 40 y de 80 dólares. Yo siempre jugaba lo más alto posible, porque en el fondo, no era mucha plata, aunque yo no tuviera nada”, retoma su relato el hoy instructor de Run it Once.
Un jugador que conoció “los dos lados de la mesa”
De esa vida de aprendiz del poker que empezaba a ganarse un reconocimiento en las mesas de los clubes privados de Chile y se las arreglaba siempre para volver a hacer crecer su banca en las salas virtuales de poker, a pesar de caer recurrentemente en estado de quiebra, nos llamó la atención esa singular paradoja de alternar por momentos la práctica del poker, con oficios que lo ponían “del otro lado de la mesa”, como el de croupier o a veces encargado de los locales en los que se jugaba al poker en Santiago:
“Fue poco el tiempo que trabajé de croupier, pero lo hice más que todo para poder juntar dinero para jugar. Era un tiempo en el que uno tenía muy buenos ingresos como croupier. En una noche normal te hacías como 100 dólares. En una buena noche, podías conseguir de 200 dólares para arriba. Yo iba allí, trabajaba 2 ó 3 noches y luego me sentaba en esas mismas mesas a jugar. Me sirvió para conocer más que nada el temperamento de las personas y ver cómo iban cambiando a medida que iban ganando o perdiendo. También pude fijarme un poco más en sus tells físicos, la postura y todo eso.
En ese sentido, tienes harto tiempo después de repartir las cartas en el que puedes observar a la gente. Las personas en general conversan entre ellos, se fijan en ellos y no le prestan atención al croupier. Tú como croupier te puedes fijar en ellos bastante relajado. Me sirvió mucho, pero no fue mucho tiempo. También estuve en algún momento como encargado de uno de estos clubes porque los dueños del local eran amigos míos, entonces yo les contaba que andaba medio corto de plata y ellos me daban la posibilidad de encargarme del sitio un par de noches y ahí juntaba. No creo que lo haya hecho más de 20 ó 30 veces en total, pero lo encontré entretenido, aunque obviamente prefiero estar siempre del otro lado de la mesa”, describe Álex con detalle.
En esos primeros años como pokerista, Manzano se apresuraba a querer recoger la cosecha, cuando apenas estaba terminando de abonar. Era recurrente que a partir de un depósito de 100 dólares para jugar en línea, multiplicara el capital inicial hasta llevarlo a los 4 dígitos. Pero con la misma facilidad podía quedarse en ceros, en su afán de arriesgarlo todo para ir por el premio mayor:
“Al principio yo no tenía dinero, pero igual los montos eran bajos, así que no me dolía mucho quebrar. Siempre he sentido que tengo la habilidad para hacer dinero, entonces no me ha preocupado mucho el tema de una quiebra, a pesar de que ahora cuido mi bankroll. No te digo que me era indiferente perder pozos de 500 ó 1.000 dólares, cuando en la billetera tenía sólo 10 dólares para el taxi. Pero era joven, no tenía responsabilidades. Fue una parte del proceso que tuve que pasar para ir aprendiendo”, reflexiona el primer jugador chileno en convertirse en embajador de una sala.
De amateur a semiprofesional
La inestabilidad inicial con la que se movía Manzano en las mesas, fue tornándose más controlable a medida que fue hallando también posibilidades laborales que le permitieron ser más constante con sus proyectos. Así llegó a convertirse en socio de su hermano, en un próspero negocio del sector gastronómico en Santiago. Sin embargo, no por ello abandonó su afición por el poker. Al contrario, Álex empezó a reconocerse a sí mismo como un ganador en esta disciplina:
“Sucedió alguna vez que empecé a hablarle a mi hermano del tema del poker y de los buenos resultados que venía teniendo con él. Justo el día que tuvimos esa conversación, él pudo ver cómo deposité 100 dólares y en poco tiempo los transformé en 1000 y retiré. Entonces él me propuso que hiciéramos una sociedad, pero no funcionó. Esa vez perdí”, cuenta Álex con cierto dejo de ironía.
Aún tras ese fracaso inicial como socios, Álex pudo seguir contando con el respaldo de su hermano a sus intentos en los paños virtuales:
“En otra ocasión no tenía tarjeta de crédito para depositar y me había quedado sin banca. Entonces le pedí a mi hermano que me prestara la suya y me diera un crédito de 2 mil dólares para jugar. Él me dijo que no tenía cupo suficiente, pero que podía prestarme mil dólares en ese momento y ponerme los otros mil unos días después. Obviamente acepté. Había perdido 800 dólares de esos 1000 iniciales y de los 200 que restaban, ocupé 50 en inscribirme a ‘Cardrunners’ para ver videos. En ese tiempo yo estaba conociendo la modalidad de juego heads up cash, con compra inicial de 50 dólares. Me devoré los videos sobre el juego en esa modalidad y con lo que aprendí, llegué a unos 5.000 en mi banca. Obviamente, no tuve necesidad de recibir la segunda parte del préstamo que había pactado con mi hermano”, recuerda Álex.
Esa experiencia le permitió a Manzano comprender la importancia del conocimiento teórico del juego y de la evolución conceptual frente al mismo. Ahora no se trataba solo de jugar con concentración, sino también de entender que el poker requería una preparación: “Seguía jugando y trabajando. Siempre me iba bien, pero era un tiempo en el que trabajaba mucho; unas doce horas diarias, a veces más. Entonces tenía muy poco tiempo para jugar y estudiar”, precisa Álex. A esas ocupaciones, Álex también les sumó por algunos años los horarios propios de la vida universitaria:
“Cuando estaba en la universidad, para mí esto era algo extra. Yo estaba intentando enfocarme en los estudios, pero la verdad es que nunca me interesó. No dejé la universidad por el poker, sino porque la situación económica de la familia no era buena y se necesitaba producir dinero, entonces me puse a trabajar. La verdad yo no hacía mucho en la universidad. Me iba bien, pero no hacía mucho. Estaba en una carrera difícil, tratando de sacar los grados, pero la verdad, no me interesaba”, confiesa el nacido en Caracas.
En esa puja de fuerzas entre sus proyectos personales, orientados prácticamente por completo sobre el poker, y las demandas de tiempo que le causaban la academia y la vida laboral, el camino terminó esclareciéndose hacia la verdadera vocación de competidor de Manzano:
“Entré a la universidad, pero terminé dejándola porque en realidad no me gustaba. Me puse a trabajar y seguía jugando al mismo tiempo. Estuve así unos tres años y a medida que seguía jugando, iba mejorando, hasta que llegué a un punto en el que obviamente ganaba más dinero jugando que trabajando. Entonces dejé el trabajo y me dediqué profesionalmente a esto hace unos 4 años, desde el 2010. Ahí partió mi carrera profesional y desde entonces sólo me dedico al poker”, relata el entrevistado.
Un camaleón del poker: de modalidad en modalidad
Desde sus comienzos en los clubes privados de Santiago, Álex Manzano aprendió a moverse con igual facilidad de los torneos multimesas a los sit and go y a las mesas de cash. En línea, su variedad fue aún más prolífica:
“Empecé jugando cash. Depositaba y perdía. Jugaba freerolls y ganaba. Llevaba mi banca, no sé, a 3 mil, 4 mil dólares y los perdía. Depositaba 100 dólares, los transformaba en 3 mil, me sentaba en mesas de cash de 10-20 a jugar y perdía. Los clubes privados cada vez iban creciendo más. Después se armaba una mesa de 200 dólares, que era la más grande. Obviamente jugaba en ésa. Después fue mesa de 400 y llegó un punto en que no se jugaban casi torneos sit and go en Chile. Todo eran mesas de cash. Igual se armaban torneos ocasionales de 200 dólares, que los jugué un par de veces. Entonces apareció el poker en los casinos de Chile, donde se hizo legal, y se empezaron a jugar unos torneos que fueron llamados los ‘Riders’, que eran de 120 dólares, y se armaban buenos pozos, en los que el primer lugar podía llegar a ganar hasta 10 mil dólares. Tuve la suerte de que cuando esos torneos comenzaron, me gané dos y salí tercero en otro”, va abriendo su álbum nuestro entrevistado.
A medida que le dedicaba más tiempo al poker, Manzano iba consiguiendo mayores resultados y veía que unas modalidades de juego le resultaban más rentables que otras:
“Fue el momento de empezar a especializarme. Online seguí jugando, y me había cambiado de modalidad de 6 max a heads-up, siempre en partidas de cash, y me gustó mucho. Incluso terminé dejando de jugar 6 max cash online y me dediqué sólo al heads-up. En vivo jugaba lo que fuese. Ya después con el tiempo empecé a intentar jugar torneos como el Sunday Million y en general tenía buenos resultados”, continúa Álex con su inventario.
En ese camino de elegir en qué modalidad quería concentrarse principalmente, Álex encontró pronto algunos referentes en las mesas de Santiago que le ayudaron a tener certeza de que su propósito de vivir del poker de una manera solvente, era posible:
“Conocí a tres jugadores en mis inicios: Rodrigo Cienfuegos , Erick y René . Ellos tres jugaban en L200-400 online en Everest Poker y eran ganadores constantes en esa modalidad. De hecho, me decían que alcanzaban hasta 20 mil dólares en ganancias, que obviamente era una cifra increíble para mí en ese momento. Para mí eran jugadores que se sentaban en la mesa y me resultaban bastante buenos. No era fácil ganarles en ese tiempo. La relación inicial era entre jugadores y ya con el tiempo sí nos hicimos amigos. Al principio los vi simplemente como jugadores muy buenos, que hacían la mesa más complicada”, señala Álex.
Sin embargo, esa cercanía sólo se tradujo en asesoría directa mucho tiempo después, casi en la actualidad: “Recién recibí orientación de alguien para hacer la transición que vengo viviendo al Omaha, en la que Erick me ha venido ayudando, incluso le he pagado en total unas 20 horas de clase y él fue el que me ayudó a hacer todo este cambio. Antes de eso no tomaba coach. Pensaba que era muy caro. Ahora que he tomado estas clases con Erick, pienso que es la mejor inversión que uno puede hacer. Creo que profesores buenos hay muy pocos, y lo que cobran es barato”, precisa el jugador chileno.
La internacionalización: el LAPT de Brasil y la consagración
Después de un buen tiempo de estar alternando la práctica del poker con el trabajo que hacía con su hermano, Álex se convenció definitivamente de que debía concentrar toda su energía en su nuevo proyecto de vida como jugador:
“En el momento en que ya llevaba dos años teniendo mejores ingresos en el poker que en el trabajo, me di cuenta de que ya podía profesionalizarme y para internacionalizarme. Lo que tuve que hacer fue mejorar mi bankroll. Dejé el trabajo cuando llevaba como 24 meses en los que podía mantener mejores ganancias en el poker que con lo que venía haciendo, así que en el fondo ya tenía una historia en la que podía confiar”, asegura Manzano.
Esa confianza la reflejó asumiendo el hecho de abordar sin complejos los principales torneos del circuito chileno, a pesar de que hasta entonces su especialidad fueran los paños virtuales, en la modalidad de cash:
“Creo que mi capacidad analítica y de observación es muy buena y eso obviamente me ayudó a ser un gran jugador, especialmente fue lo que más me favoreció para mejorar en vivo, donde creo que a veces uno puede carecer de cierta teoría, pero con base en la observación y el análisis puede mejorar bastante y hacerse ganador. Fui evolucionando con el tiempo y obviamente la teoría que había aprendido online se fue aplicando en vivo y fui creciendo simplemente. No hubo nada especial. Simplemente la constancia de jugar y jugar y querer aprender y disfrutar tanto del poker, hace que uno piense todo el día en esto, y que mejore aunque no quiera, porque en el fondo estás pensando todo el día en poker. De cierta manera es como si trabajas en una empresa y haces un buen trabajo y te gusta: tú vas a ir creciendo. Ni siquiera te vas a dar cuenta de que partiste muy abajo en la empresa y cada vez vas más arriba. Así fue con el poker en general. Me gustaba, trabajé y cada vez me fui superando más”, analiza Álex.
Así, Manzano empezó a encadenar resultados por todo su país y de alguna manera se trató de un buen precedente que preparó su camino para llegar al momento cumbre de su proyección como jugador: la victoria en el Evento Principal del LAPT en Brasil , en la temporada 2011:
“En vivo empecé a ganar en las mesas de cash, de una manera constante. Incluso fui haciéndome conocido porque era ganador constante; porque era bueno. En torneos, en ese tiempo se realizaban algunos en el casino Enjoy en Viña del Mar y me fue bien ahí. Obtuve un par de triunfos y mesas finales. Seguí jugando cash. Participé en otro circuito chileno que es el Dreams Poker Tour y me fue bien en Valdivia en el sur, me fue bien en el norte en Iquique . De ahí empecé a ganar confianza en los torneos. Incluso, podría decir que ese fue el paso anterior al LAPT de Brasil”, cuenta Álex con detalle.
Entonces llegó la clasificación online al evento que lo consagraría en Sao Paulo , como el llamado del héroe a la aventura:
“Ya llevaba un año y medio como profesional, y estaba en una encrucijada, porque a pesar de estar ganando constantemente, no estaba realizando mi sueño, que era crecer mucho. No sé si deba decir que estaba estancado, porque igual estaba haciendo una buena vida, pero yo quería crecer más rápido. Quería ser más exitoso, quería ganar más dinero, quería viajar más. Estaba un poco decepcionado de mis resultados, entonces había decidido empezar a jugar más en grande, aunque eso incluyera el riesgo de una quiebra. Justo en ese momento jugué el satélite para el LAPT y clasifiqué. Me fui una semana antes de vacaciones a Florianópolis . Y después me fui a Sao Paulo . Jugué el torneo bastante bien; pero además tuve bastante suerte. Para ganar un torneo tan complejo como el LAPT, siempre necesitas una buena ayuda de la suerte y las cosas se dieron, en verdad. Creo que ese día jugué un poker muy bueno y las cartas me apoyaron más de lo necesario”, recuerda Manzano, casi como si reviviera esa épica alegría.
Tras levantar el trofeo de campeón en un evento de esta magnitud, Álex vio abrirse puertas que hasta entonces ni siquiera había llegado a tocar:
“Después de ganar en Brasil, llegó el dinero y con eso la fama y mucha gente que quería ser amiga mía. En canal nacional me hicieron entrevistas, en revistas, medios internacionales. La mayoría de mis amigos estaban súper contentos por mí. Siempre existe un poquito de envidia, pero ésos eran los no tan amigos. Los cercanos, siempre estuvieron contentos por lo que había logrado. Incluso llegaron a hacerme barra en la mesa final, que fue algo que no me esperaba y es bastante satisfactorio poder ver a las personas que uno quiere cerca a uno; lo encontré genial”, rememora Manzano.
En adelante fue como si la vida de Álex hubiera sido tocada por la vara mágica de su hada madrina, pues vio cara a cara el éxito en un buen número de los grandes eventos que se fue acostumbrando a jugar:
“Ese mismo año cobré en el High Roller del LAPT Colombia . Al año siguiente lo hice en el High Roller del LAPT Brasil . Cobré en Las Vegas . Siempre he tenido deep runs en Las Vegas”.
Sin embargo, no todo fue color de rosa en esas intervenciones internacionales. En tierras estadounidenses, Manzano volvió a sentir que había retos en los paños para los que aún debía prepararse mejor:
“Competir por primera vez en Las Vegas fue una experiencia ruda, porque perdí mucho. La verdad corrí bastante mal, pero corrí mucho y era la primera vez que jugaba contra jugadores competentes a mi parecer; mejores que la media suramericana. Fue duro ese comienzo. Igual tuve algunos deep run, pero fue entretenida la experiencia. La verdad, fue sumamente positiva en mi vida profesional. Me sirvió para darme cuenta de que hay muchos jugadores de torneo que son muy reconocidos, pero que en realidad son malísimos. Aterrizas un poco respecto a los que tenías por estrellas y te das cuenta de que en verdad son seres humanos.
El balance fue positivo en el sentido moral, porque en el sentido económico esta primera experiencia no fue exitosa. La verdad, me sirvió mucho para darme cuenta dónde estaba parado yo, aterrizarme un poco, porque obviamente después de ganar un torneo grande uno siempre piensa que es el mejor, así que esto me aterrizó bastante. Hoy en día ya tengo bastante consciencia de mi nivel. Una vez que uno entiende el poker, puede saber en qué parte de la pirámide está, y en las Vegas en ese momento no veía eso tan claro, y por eso jugué más fuerte de lo que debía y terminé perdiendo harta plata, pero gané mucha experiencia y la verdad fue algo así como que tienes que hacerlo y cuando ya eres profesional tienes que ver cuáles son tus sueños y tus aspiraciones. Yo siempre aspiré a lo más grande, entonces tienes que jugar contra los mejores, si quieres estar en la parte más alta. Y me encantó. Por eso sigo yendo todos los años a Las Vegas”, continúa enseñando su bitácora este viajero del poker.
Dadme un sponsor y moveré el mundo
Otra amplia sonrisa con la que el destino premio los esfuerzos de nuestro héroe por crecer como pokerista, fue la aparición de la sala YaPoker en su vida, eligiéndolo como embajador para su marca:
“Yo solía hacer blogs y videos de entrenamiento gratis para algunas páginas chilenas y YaPoker empieza a buscar representación en Sudamérica y en Chile querían a alguien con un perfil ganador, exitoso, que tuviera contacto con la prensa y jugara continuamente. Alguien que fuera un buen embajador de poker, básicamente, y les pareció que el mejor candidato era yo, así que me eligieron y partí con ellos. Obviamente ahora tengo un papel de embajador más que antes, entonces tengo que tratar de promocionar la marca, tratar de promocionar el poker.
Llevo un poco más de 2 años con ellos. Me dieron un sentido de responsabilidad que antes no tenía. Tuve que entender que cuando representas una marca obviamente tienes que actuar de buena forma, ser aún más embajador de poker. A veces, aunque no andes con ganas de hablar en la mesa, igual debes hacerlo al ser representante de una sala. Ya no me pongo audífonos para jugar, intento esforzarme por hablar con la gente. Obviamente fue como una especie de salto en mi carrera, que me hizo sentir que era aún más profesional que antes. Sentí que estaba marcando una diferencia al ser el primer jugador en Chile que fue representado por una sala. Es como un plus. Como si alguien viniera y te dijera: ‘¿Sabes? ¡Estás haciendo las cosas muy bien, sigue así!’. Entonces fue un espaldarazo gigante que me dio más confianza y también me ha servido para viajar más”, confiesa con franqueza el chileno.
2014: Un año incomparable para Manzano
En diferentes apartes de nuestra conversación, Álex fue enfático en señalar el año pasado como el mejor de su carrera como pokerista. Además de obtener ganancias por medio millón de dólares, aproximadamente, Manzano consiguió en este período la consolidación de su transición a la modalidad de juego cash Omaha, en cuyo estudio viene avanzando con resultados inmejorables:
“Después de pegarle al LAPT Brasil me dediqué de lleno a los torneos por 6 meses. Dejé el cash heads up y me dediqué solamente a torneos, y llegó un punto en el que me aburrí. Cuando eso pasó un amigo me dijo “entonces juega Omaha” y ya empecé a jugar 6 max cash Omaha y de ahí con el tiempo empecé a dejar todo a cambio de esta modalidad. Ahora juego básicamente en esa especialidad y la alterno de vez en cuando con la de heads-up. En vivo, sigo jugando lo que sea, pero prefiero obviamente el Omaha y trato de jugar los torneos más grandes que hay en esa modalidad, porque encuentro que el nivel general es tan bajo como era en Holdem hace 5 años”, comenta el integrante del Team Pro de YaPoker.
Respecto a los factores que han favorecido la aceleración de la evolución de su poker en el último tiempo, Manzano comenta:
“El hecho de haber estudiado tanto hizo que me sintiera muy seguro con mi juego y empezara a jugar a niveles más altos. Esto significó que empecé a ganar más, de manera que también pude viajar más y jugar en mesas de cash con apuestas más fuertes y torneos más fuertes. Todo fue subiendo, con base en el estudio más que nada. La meta que tengo para este año es ganar por primera vez un millón de dólares jugando en 365 días y ojalá pueda ganarme algún torneo grande. El evento de 5 mil dólares Six Max de Omaha de la Serie Mundial es mi sueño por ahora, pero igual, quiero estar siempre en los puestos de privilegio de todas las competencias que afronte”.
Y para redondear los premios que le dejó el 2014, Álex recibió hace algunos meses la invitación para vincularse como instructor al portal ‘Run It Once’, uno de los más prestigiosos en cuanto a análisis y estudio del poker en el mundo:
“Siempre me ha gustado hacer videos y enseñar. Era bastante bueno para eso y siento que es lo mío. Me ha gustado hacerlo. El año pasado fue un año espectacular y por eso mismo Phil Galfond me contactó y me preguntó si me interesaba hacer videos para su página. Al principio pensé que era una broma, pero corroboré que en verdad era él y le dije que sí, pero que teníamos que arreglar las condiciones. En un comienzo me ofrecieron algo que me pareció poco, así que pedí más o menos tres veces lo que me propusieron y finalmente llegamos a un acuerdo para estar un año con ellos, básicamente con la aceptación de mis condiciones. Llevo 4 meses ahí y estoy contento porque en verdad la élite del poker está en Run it Once, especialmente en la modalidad de Omaha. Además, Phil Galfond es un referente total en esto y que se haya fijado en mí y haya pensado que tengo las cualidades para enseñarle a los demás, es un orgullo enorme”.
Pero no es sólo el prestigio o las recompensas financieras que puede darle su ejercicio como instructor, lo que Álex valora al ejercer este rol. En una muestra de sencillez, Manzano nos cuenta que para él, compartir su saber es la mejor forma de reforzar sus conocimientos y seguir evolucionando en su juego:
“Una muy buena forma de aprender es enseñando. Te das cuenta de lo que sabes bien y también de tus debilidades. Hay momentos en los que estás haciendo un video y de repente no puedes explicar algo, porque en el fondo careces de los fundamentos o estás algo confundido, así que esto me ha servido para repasar. Aparte uno se empieza a rodear con los otros instructores y acercarte a personas que saben mucho de poker, siempre será demasiado bueno para tu carrera. También es algo que me obliga a estar aún más conectado con el mundo del poker y estar estudiando más”, precisa.
El hombre tras el jugador
Pasando ya al ámbito de su vida cotidiana, Álex nos mostró que sus días se desarrollan con mucha sencillez, en un ambiente esencialmente hogareño:
“Mi día en la mañana es más o menos así: me despierto y, por lo general, voy a practicar box. Vuelvo y tomo el desayuno. Reviso cosas del trabajo, ya sea foros, videos, cosas así. Después viene el almuerzo y después de eso sí me pongo a trabajar. De ahí en adelante trabajo todo el tiempo, aunque puedo interrumpir por un amigo que me invite a salir. Así me la paso hasta que llega la noche. En ese momento, en general paro de jugar, aunque si la mesa está muy buena, continúo haciéndolo”, relata.
En cuanto a sus pasiones, Manzano se describe como un aventurero por naturaleza y por eso, su mayor pasión es poder visitar diferentes lugares, conocerlos y vivir en ellos nuevas experiencias: “Viajo mucho, ya sea por trabajo o por vacaciones. Trato de hacerlo al menos una vez al mes a distintas partes. Me ayuda mucho a relajarme. El dinero mejor invertido es en los viajes”, confiesa. También es un gran aficionado a los deportes. Para este 2015, cuando su país será sede de la Copa América de Fútbol, planea comprar boletos para todos los partidos del certamen. Y también sigue otras actividades del músculo, como es el caso del boxeo, que tanto le gusta.
Álex reconoce que la evolución que ha vivido en su juego es parte también de un aumento de la calidad que vive en general el poker latinoamericano:
“Nuestros jugadores han subido demasiado su nivel. Cuando digo demasiado, me refiero a que ya podemos ver a muchos jugadores de nuestros países que hacen un gran papel a nivel internacional. Está claro que todavía estamos un peldaño abajo de los europeos y por supuesto, de los norteamericanos, pero esa brecha es cada vez más estrecha y no hay forma de calcular lo que se ha recortado durante los últimos años”, enuncia Manzano.
Ya para finalizar, Álex envió un saludo para quienes lo siguen y respaldan sus esfuerzos en los paños: “Quiero dejar un gran beso para las personas que me acompañan con su energía en cada torneo o en cada reto profesional que asumo”, declaró. De esta manera, nos despedimos del jugador austral, en quien reconocemos a un caminante que con tanta convicción como obstinación es consciente de que en su ruta todo está aún por hacer. Pero con la certeza de que después de haber abonado el terreno y cultivarlo laboriosamente, esa semilla que lo llevó a reorientar su vida del mundo académico y laboral a los paños de las mesas de poker, hoy se hace un árbol de buen fruto… Un futuro pródigo y lleno de abundancia, es el que parece aguardar a la sombra de este Manzano. Mientras Álex nos agradece el hecho de haberlo elegido para este perfil, nosotros nos vamos recordándole una sentencia para que no se impaciente frente a presencias que por momentos quieren hacerle las veces de obstáculos: “No hay que olvidar nunca que sólo se le lanzan piedras al árbol que da fruto”. Y de este Manzano, apostamos a que aún están por recogerse las mejores cosechas.