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El PowerFest de partypoker estuvo repleto de emociones. Cada torneo que se disputó no solamente tuvo miles de dólares para repartir, también contó con gloria y esa sensación de deber cumplido en quienes pudieron levantar aunque sea un trofeo. Ahora bien, ¿qué pasa cuando la felicidad es por partida doble? Manuel Pochat lo puede explicar.
Este porteño, que se consagró bicampeón de este serial (al igual que Joaquín Melogno ), logró sus dos mejores registros al ganar el Evento #10 – M y el #41 – H. «Que estas dos semanas terminen así es algo increíble. Todo se dio de un lunes al domingo siguiente», explica Pochat, aún consternado tras su consagración.
«En el primero que gané estaba con mi hermano Lucas, quien me involucró en el poker con sus amigos a los 14 años. Juego bastante con él. Estuvo por la tarde y después se fue. Regresó cuando quedaban seis y al ganarlo nos dimos un abrazo. Fue algo muy lindo porque él estaba conmigo».
Sin embargo, después arrasó en el torneo de nivel High: «Estaba en mi oficina y tanto Lucas como un amigo me alentaban desde su casa. Después de que me lo llevé, me quedé mirando el cartel que me marcaba el monto y que me decía que me había llevado el Evento. No lo podía creer. Mi hermano me llamó y le dije a un amigo ‘pongo un champagne en el freezer y venite porque no me voy a dormir nunca’. Cayó a las 2:30, casi 3 de la mañana y nos pusimos a celebrar», recuerda Manuel.
Es cierto que ambos torneos en los que triunfó se jugaban 6-handed, no obstante esto no fue producto de una larga preparación en este formato: «No me especializo en esta modalidad, pero me divierte mucho jugarla y me siento muy cómodo. Debería interiorizarme un poco más. De todos modos priorizo aprender más sobre el juego en sí», asegura este fanático hincha de Boca que decidió dedicarse a esta disciplina recién en agosto del año pasado. «Es impensado que los bombazos hayan caído en este momento», ratifica.
La relación de Manuma29 con partypoker había iniciado hace no más de un mes. Al primer día, su amigo Marcio Zacconi le creó una cuenta y le insistió con que intentara en la sala del rombo naranja: «El primer día llegué a dos mesas finales y me encantó. El programa está muy bueno y me gustaron muchísimo la estructura de los torneos del PowerFest. Arrancar las competencias con 100 ciegas me parece buenísimo».
Por otra parte, durante este mes que no olvidará jamás, Pochat anduvo jugando también en la serie de PokerStars, no obstante la cosa se le hizo cuesta arriba: «En el SCOOP no pude pasar de día en un solo torneo. Siempre me quedaba ahí pero caía. De todas maneras, había armado el cronograma para jugar las dos series. Después del primer cobro me dio un envión económico que hizo posible que yo pudiera jugar otros torneos que no tenía pensado».
Si bien Manuel ahora descansa, ya tiene en mente la Master Cup que empieza hoy en Madero pero, sobre todo, lo que hará en agosto. «Voy a cumplir mi sueño», lo define él mismo: se irá a Barcelona a jugar al poker. Porque al cabo, los sueños están para cumplirlos…