Para corroborar lo que llegó a la redacción de CodigoPoker, hubo que hacer un llamado. Lo último que sabíamos de él no era nada bueno. Los disparos que había recibido, por segunda vez, hicieron que se resguardara en la más profunda oscuridad y, cuando en el ambiente se preguntaba, nadie podía decirte dónde estaba o qué estaba haciendo. Sin embargo, cuando respondió, del otro lado contestó Steven Thompson .

«No he tocado fichas ni cartas hace tres años, pero puedo decir que estoy listo para volver«. Que con esta frase comenzara demostró la fuerza con la que se sentía. Es más, quizás no parecía que era él aquella persona que reconoció haber perdido todo. Como si soñar con este momento lo mantuviera en pie y le diera más energías que nunca.

Hasta 2018, Thompson representó a la Armada Latina en grandes torneos del mundo.

Lo de Thompson fue muy fuerte: en agosto de 2018, en San José de Costa Rica, personas con las que nunca tuvo que haberse metido le dieron dos disparos. No lo mataron, pero sí terminaron con su carrera pokeril, ya que decidió desaparecer de cualquier escena con el fin de que no lo atraparan y acabaran con lo único que tenía: su vida.

Lo que siguió desde el lugar en el que solamente unos pocos sabían que estaba fue una reflexión constante. Dos años y medio de pensar y repensar cómo continuar. Había desaparecido: «Era un fantasma. Si preguntabas por mí, nadie te podía decir dónde estaba. Pero así tampoco podía seguir, por lo que decidí salir de mi escondite y afrontar la situación».

-¿Qué hiciste?

-Salí de donde estaba y me vine a la ciudad donde me había pasado lo que me pasó. Decidí que ya no podía estar más escondido y que necesitaba volver a jugar. Por mí y por mi familia, que solamente es a ellos a quienes me debo. Entonces, les mandé un mensaje a la gente que me andaba buscando y una mañana fui a tocarles la puerta.

-¿Pero vos sabías que quizás podría pasarte lo peor?

–Aunque fui sabiendo que tal vez me decían que no, no podía seguir estando así. Entonces, un día a las 9 de la mañana me dije: «O lo hago ahora o no lo hago nunca». Por eso me acerqué hasta donde ellos estaban y les expliqué que ya no quería estar como estaba y que quería pagarles. Pero que me dejaran tranquilo para poder cumplir con mi palabra. Se sorprendieron al verme aunque valoraron mucho que hubiera dado la cara y aceptaron mi propuesta.

En 2016 fue runner up del Evento #21 de la WSOP. Los US$328.427 que se llevó lo pusieron en el momento más alto de su carrera.

De esta manera, Thompson le puso fin a todo lo que había pasado. Aunque durante todo este proceso pasó por diferentes situaciones. «Muchos de los que eran mis amigos me dieron la espalda, ni siquiera me mandaron un mensaje cuando salí del hospital», recuerda el tico de 41 años, aunque sin signos de nostalgia.

«Gente con la que hacía los viajes y compartía hoteles, me dieron la espalda y nunca más los volví a ver. Me pasaron muchas cosas feas y estuve en situaciones de tener que mendigar para subsistir. Incluso les escribí a los High Rollers del mundo y algunos me ayudaron: Dan Cates y Chris Hunichen me dieron una mano al igual que otra gente que aparecía así como si nada y me preguntaba qué necesitaba, pero la mayor parte de la comunidad del poker, me enterró«.

Pensar en el resurgimiento

«No todo lo que me pasó fue malo mientras estuve escondido. Tuve algunas cosas en lo personal que fueron muy lindas y también en todo lo que me llevó comenzar a reconstruir mi carrera. Estando escondido jugué online. Y, a pesar de que PokerStars se metió con mi vida personal diciendo que no querían ser parte de mi problema y cerraron mi cuenta, pude jugar en otros sitios como Americas Cardroom o GGPoker, que me permitieron poder mantener mi casa y mis gastos».

A partir de allí pensó en su regreso, ése que Thompson ve cada vez más cerca: «Me siento mentalmente entero. Podría estar deshecho con todo lo que me pasó, pero hoy juego por mi familia. Antes, cuando tenía esos picos altos de premios, me metía en las drogas y en esa vida que no tenía sentido y era de mentira. Ahora es diferente. Esta es una oportunidad para lavar mi cara y jugar por mi familia».

«Por todo esto no quería estar más escondido. Los torneos en vivo están volviendo, lo del COVID-19 ya pasó, por lo que siento que éste era el momento para regresar. Ojalá que muy pronto esté sentado en una mesa recibiendo cartas y tocando las fichas».