Casino de Mar del Plata: qué número salió en la primera bola del 2025
Se realizó la tradicional ceremonia de todos los años, en la que funcionarios se acercan a la Casa de Piedra para asistir a la primera bola en la ruleta.
Como todos los años, Andrés Cacho Korn pasó la última parte del 2015 y el principio de 2016 lejos de su hogar en la City porteña. Su destino habitual es el continente asiático y ya sabemos que por esos lares el poker está de moda. Por eso decidimos hablar con él para que nos cuente un poco de sus aventuras y desventuras del otro lado del mundo.
A diferencia de otros años, esta vez mi viaje comenzó por Japón. Fui a ver a River y de ahí me fui a Tailandia a pasar las fiestas. Allí me enteré de que había un World Poker Tour en Manila (Filipinas) y viajé para allí.
Ya en Manila, Cacho arrancó por los cash games, teniendo buenos resultados en una jugosa mesa de $2/$4 dólares. En cambio los torneos no fueron viento en popa y el único resultado positivo salió de un evento de PLO, en el que alcanzó el tercer lugar.
Justo en ese momento se estaba disputando un Super High Roller de US$200 mil, el que ganó Fedor Holz . Phil Ivey y todos los monstruos estaban dando vueltas, incluso jugando al lado mío. Una vez que terminó armaron un «High Roller» de US$5 mil que me di el gusto de jugar. Éramos 10 y estaban Philipp Gruissem , Brian Rast y Dominik Nitsche , entre otros. No cobré, pero la pasé muy bien.
En los tres meses que duró su aventura, Korn viajó tres veces a Macao, la meca del poker asiático. Allí agarró dos series de torneos de las cuales sólo consiguió un cash en el Evento #4: Pot Limit Omaha del Asia Pacific Poker Tour (APPT), que tuvo 57 jugadores. Más allá de los resultados en los paños, lo mejor del viaje pasó por otro lado.
Compartí la estadía con un grupo de cuatro o cinco argentinos, entre ellos Marcelo y Nicolás Betbesé y Diego Madrigali ; y otro grupito de uruguayos que son regulares del Enjoy Conrad. Gente que juega bastante bien y son divertidos. Esta bueno estar allá en grupo y poder salir a comer, cagarte de risa.
Respecto a los cash games, nos contó que la cosa se ha puesto dura.
No es lo de otros años. La mayor parte del tiempo la pasé jugando una mesa $6/$12 en el Wynn y está mala. Se ha llenado de regulares y son mucho más duras. Todavía se puede ganar, pero no es lo de antes.
Los últimos dos o tres días llegó Pachila Gallardo , quien se puso a jugar una mesa un poco más grande. Yo aproveché y me quedé raileandolo, aprendiendo. Es un crack y vi jugadas muy, muy interesantes.
Entonces, ¿cuál fue el resultado del viaje para Andrés?
Salí empatado. Con lo que gané en cash y los cobros en los torneos pagué el resto de las inscripciones en las que hice agua. En mi opinión hay que hacer eso, ya que los torneos son bastante buenos: los buy-in son bajos, alrededor de $800 dólares, los fields son muy grandes y llenos de malos jugadores, y los primeros lugares pagan mucho. No son para desaprovechar.
¡Hasta la próxima aventura, Cacho!