El club paulista había separado a Lomónaco del plantel después del allanamiento que hubo en la vivienda del jugador, por el que le pagó cuatro millones de euros a Lanús en 2022. Después, se difundieron los chats con el individuo que le ofreció plata. El monto total que le prometieron fue de 70.000 reales, de los cuales 30.000 se lo depositaron en la cuenta bancaria antes del partido.

En tanto, hubo más condenados por el mismo tema: Ygor Catatau, Matheus Gomes y Gabriel Tota (inhabilitados de por vida), Paulo Miranda y Moraes (720 días), Paulo Sergio, Andre Queixo  y Mateusinho (600), Fernando Neto (380) y Eduardo Bauermann (360).

Anteriormente, a estos once casos, Romario, de Vila Nova, había sido expulsado de por vida del fútbol. Jarro Pedroso, de Sao Luiz, recibió dos años de suspensión por cobrar dinero a cambio de cometer un foul para que cobraran penal.

La investigación en Brasil

El Ministerio Público de Goiás inició la pesquisa después de recibir denuncias sobre la manipulación de la Serie A y Serie B del Brasileirao en 2022, además de los torneos Estaduales de Brasil. Fueron 20 partidos investigados en Penalidad Máxima. Las búsquedas de los apostadores era realizar apuestas combinadas: buscaban que determinados futbolistas fueran amonestados en los primeros tiempos de algunos partidos, tal el caso de Lomónaco, o que iba a haber penales o expulsiones.

Ante el avance de la investigación se llegó a establecer las responsabilidades y, ya en un callejón sin salida, algunos, como Lomónaco, debieron aceptar la culpabilidad. Al argentino lo benefició su confesión para, por ejemplo, a los 23 años, poder seguir su carrera.