Uno de los jugadores más carismáticos del poker es, sin duda, Charlie Carrel , un grinder que comenzó desde los micro límites y escaló hasta posicionarse en los eventos más caros del mundo. Todo ello a partir de un depósito de US$50 que terminó convirtiendo en US$7 millones en torneos en vivo y cerca de otros US$2 millones online.
Así lo reveló en una publicación de Twitter que llamó la atención a la comunidad por su franqueza y que va en contra de los entrenadores ya que señala que nadie es mejor coaching que tú mismo.
«Tengo alrededor de US$7 millones en ganancias de torneos de poker en vivo y entre US$1.5 y US$2 millones en línea. Todo con un depósito de US$50», comienza Carrel. «Nunca estudié poker. No usé simuladores, no tuve entrenador. Simplemente jugué, pensé en el poker y hablé sobre el poker. Fue mi vida durante 4 o 5 años seguidos».
Y continuó en contra de los entrenadores. «No depender de otras personas para aprender fue poderoso porque significaba que yo mismo cometía todos los errores. Realmente entendí por qué algo que estaba haciendo era estúpido porque tenía que sentarme allí y pensar por qué hice esa jugada».
Charlie Carrel es un jugador que comenzó desde abajo y llegó a lo más alto del poker.
«Ahora está de moda decirle a la gente que debe confiar en los pensamientos de otras personas para aprender el juego. Por cierto, esto también es más rentable para los entrenadores. Las personas son despojadas de su autonomía e independencia. La gente está infantilizada. Nadie es mejor coaching que tú mismo», escribió sin tapujos.
«Aprender de los demás es a veces lo mejor que se puede hacer. Si está atrapado en una rutina, consultar con otros es fantástico. Pero cuando podemos aprender cosas por nosotros mismos, debemos hacerlo. Nos impide ser un bebé dependiente de chupar los senos de otra persona», dijo Charlie.
La opinión caló fuerte en la comunidad y varios pusieron en tela de juicio las declaraciones del británico, pero el aludido guardó silencio sin antes hacer mención a que ahora todos los jugadores parecen robot haciendo las mismas cosas con base en lo que le dicen otros. Carrel cree que los grandes grinders de hoy resolvieron sus dudas por sí mismos antes de que los solvers o entrenadores cambiaran el estudio del juego.