Hay una variable que se repite en casi todos los jugadores de poker en el planeta y es que siempre existe esa «mano favorita» que se busca jugar más de lo debido y dejar esto atrás puede ser el primer paso en el largo camino hasta convertirse en un profesional.

Los rangos de manos iniciales es el primer concepto que se aprende en cuanto a estrategia de juego se refiere y ciertamente, ese par de cartas tipo J 10 o Q 9 que tanto les gustan a muchos, puede tener lugar dependiendo de la posición en la mesa, sin embargo, en muchas otras ocasiones se deberían foldear y esperar el siguiente turno. 

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Un jugador de poker tiene que ser una persona que deja las emociones fuera de las mesas una vez que toma asiento, o por lo menos ese es el pensamiento que pregonan los especialistas de mental game. Por otro lado, hay otro apartado llamado «memoria selectiva» en la que las personas suelen recordar aquellos hechos que les interesa y en este caso, el ganar con dicha mano favorita aunque visto de una forma objetiva, la balanza esté inclinada más hacía las veces que ha perdido.

En este punto, y como recientemente comentó el jugador profesional, Nathan BlackRain79 Williams , hay que deshacerse de todo sentimiento de victoria invencible que generan dichas manos.

«Si actualmente tiene algunas manos iniciales favoritas, está bien, la mayoría de la gente tiene. Pero no les dé un trato preferencial y haga malas jugadas con él».   

Otros jugadores de élite aseguran que han cambiado estas manos con las que solían estar encariñados al comienzo de su carrera por los par de ases, que son las más ganadores, por lo menos preflop.