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El mago no encontró la magia y perdió un pozo de US$323K
Antonio Esfandiari volvió a las mesas televisadas y a pesar de que sus poderes fallaron una vez, al final de la noche fue el máximo ganador.
A medida de que avanza el estudio del poker a nivel mental, otras disciplinas psicológicas también se han incorporado para brindar al jugador más opciones y ahora la heurística parece sumarse a este abanico de herramientas.
Esta práctica se basa en un conjunto de técnicas o métodos para resolver problemas que al mismo tiempo anulan el instinto biológico de evitar el dolor o la dificultad.
Uno de los mayores exponentes de esta teoría es Naval Ravikant, quien presenta un principio llamado «La navaja de decisiones cuesta arriba» en la que sostiene que si se está indeciso entre dos opciones, elegir la más dura de las dos beneficiará más a largo plazo. Se trata de aceptar el camino más difícil ahora para obtener un resultado más gratificante en el futuro.
Por su parte, Barry Carter , co-autor de los libros The Mental Game of Poker, relaciona esta idea con el poker al afirmar que mientras se elijan partidas más suaves y aunque esto haga aumentar la rentabilidad a corto plazo, lo cierto es que habrá menos avances para convertirse en un mejor profesional a largo plazo.
«Encontrar mesas blandas es un aspecto importante de la rentabilidad en el poker pero si siempre evitamos las partidas difíciles, dificultamos nuestro crecimiento como jugadores. Para subir los límites hay que vencer a los regulares de esos niveles, no sólo a los peces. Así que también tiene que haber algún elemento de desafío».
De hecho, en su más reciente columna, coloca como ejemplo a Phil Galfond , que se convirtió en uno de los mejores jugadores de heads-up y PLO del mundo en gran parte porque eligió conscientemente jugar contra los rivales más duros. Pudo haber encontrado fácilmente mesas blandas en US$25/US$50 pero en lugar de eso jugó contra los grandes tiburones.