Ranking al Jugador del Año: Shorr y Nacho Barbero lideran
El estadounidense es puntero del general, mientras que el argentino manda en el de los mejores jugadores latinos.
Thomas McPeek, un joven de 24 años de Chicago, estudio un sistema de apuestas deportivas combinadas, en las que se deben dar varios resultados para acertar, luego apostó, ganó y… no cobró. Los dos casinos en los que su estrategia dio los mayores resultados se niegan a desembolsar el dinero, unos 800.000 dólares, porque aducen que el joven no cumplió con las reglas.
Ante esta negativa, McPeek recurrió a la prensa. «Fue un ataque calculado, pero no es que pueda simplemente chasquear los dedos y hacer que las apuestas ganen. Aun así, tienen que ganar», admitió a CBS News/Chicago. De los cientos de pequeñas apuestas que McPeek realizó entre agosto y septiembre de 2023, la gran mayoría no ganó. Pero algunas obtuvieron grandes premios.
Una casa de apuestas deportivas -una sucursal de FanDuel operada en el Blue Chip Casino de Boyd Gaming en Michigan City, Indiana- le pagó a McPeek los US$127.000 que ganó. Sin embargo, Caesars Entertainment invalidó los boletos de apuestas que le dieron US$350.000 en su Horseshoe Casino en Hammond, Indiana, y US$450.000 en su Isle Casino en Bettendorf, Iowa, aunque le ofrecieron reembolsarle los US$50.000 que gastó en esas apuestas.
McPeek afirma que sus apuestas fueron perfectamente legales y transparentes y, por lo tanto, le deben esos mencionados 800.000 verdes. Sin embargo, dos de sus estrategias violan las políticas comunes de los casinos: la coordinación y la estructuración interestatales. Además, los reguladores estatales del juego suelen permitir que los casinos se nieguen a pagar a los jugadores que ganan por incumplir sus políticas, como ocurre con el conteo de cartas en el blackjack, incluso si no se infringe ninguna ley.
Si bien las apuestas transestatales no son ilegales, la coordinación entre estados puede violar los términos de servicio de los casinos e incluso las regulaciones estatales. También puede interpretarse como un intento de manipular el sistema. McPeek dividió las apuestas grandes (30.000 dólares en Indiana y 20.000 dólares en Iowa) en docenas y docenas de apuestas más pequeñas. Esto está prohibido debido a su relevancia en el blanqueo de capitales. Justamente, el joven lo hizo para pasar inadvertido, ya que los casinos tienen la obligación federal de informar sobre cualquier transacción en efectivo importante.
De hecho, McPeek admitió haber cambiado intencionalmente su apariencia para evitar ser detectado. «Cambiaré de disfraz: gafas de sol», declaró a CBS. «Me esconderé el pelo en el sombrero, me lo recogeré en un moño… no hay reglas que impidan pasar inadvertido».
McPeek ya perdió su caso contra Caesars ante la Comisión de Juego de Indiana, la cual dictaminó que el gigante de los casinos se adhirió a sus políticas al anular sus apuestas en el Horseshoe. Su otro caso contra Caesars está siendo revisado por los reguladores de Iowa. Si también pierde allí, se dice que planea presentar una demanda civil contra Caesars por los 800.000 dólares.
Resultado de estos hechos, el apostador tiene prohibido volver a ingresar a los tres casinos mencionados en esta historia (una prohibición que probablemente también se extiende a todas las propiedades de Caesars), aunque se desconoce la duración de esa prohibición.