La situación de pandemia actual ha dejado fuertes consecuencias negativas a nivel económico, siendo las actividades de entretenimiento presencial como los casinos, uno de lo más afectados junto a los empleados que hacen vida en ellos.

Aunque los gobiernos locales de México ha permitido la reapertura de algunas salas de juegos, otras entidades como el Estado de México han sufrido la paralización total de la actividades desde marzo de 2020, afectando directamente a más de 3,500 personas de forma directa y casi 15 mil de manera indirecta. 

Aunque durante los primeros meses, las empresas y compañías dueñas de casinos pudieron hacer frente al pago de salarios, con el transcurrir del tiempo, el panorama ha ido mutando a reducciones de sueldos, pocas ayudas o bajas de empleados en algunos casos. 

Desde el personal de seguridad, limpieza, dealers, meseros, acomodadores de automóviles y proveedores, son muchas las personas que han tenido que padecer los embates del COVID-19, así lo cuenta Javier García , desempleado de este sector quien ha tenido que enfrentar varias dificultades económicas y que además teme enfermarse y no poder hacer frente al no contar con seguridad social.

«Al principio algunas empresas nos dieron algunos apoyos, se han manejado de diferente manera las empresas, de manera individual, algunas no, algunas sí nos han apoyado, algunas mucho o poco. No hay dinero, no hay trabajo y muchos de nosotros no tenemos para solventar los tratamientos de esta enfermedad», declaro al medio local La Silla Rota.

Por su parte, Andrea Socorro , otra exempleada de un casino perteneciente a la entidad afirma que al comienzo era más fácil encontrar algunos trabajos eventuales pero con el pasar del tiempo se ha dificultado porque las fuentes de ingresos son escasas.

«Agarrábamos trabajitos eventuales en casa, en limpieza, pero no es algo fijo, lo que caiga para generar un poco de dinero y tener solvencia, antes era trabajadora como vendedora en el casino»

El gran número de empleados operativos de las salas no han sido los únicos afectados por esta situación, los cargos medios y altos ejecutivos también se han visto afectados. La falta de iniciativas gubernamentales no ha impedido el cobro de alquileres, deudas o el pago servicios públicos en estos espacios que no están generando ingresos.