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Siempre se ha catalogado el tilt como el peor estado mental al que un jugador puede estar expuesto, sin embargo un cambio de visión puede que esté aportando algunos aspectos positivos.
En términos generales, el tilt es cualquier emoción que produce un cambio en la forma de jugar. Aunque el más conocido es la ira, la confianza extrema o haber hecho un movimiento indebido son también detonantes de esta condición.
Como no podía ser de otra forma, el coach mental Jared Tendler , recientemente ofreció una manera en la que algunos profesionales pueden llegar a aprovechar este estado mental para sacar rentabilidad en las mesas.
«La ira no es del todo mala. Especialmente para algunas personas, que dependen de la ira para rendir al máximo. Yo diría que en un mundo perfecto esto no es lo ideal, ya que se han vuelto dependientes de la ira para mejorar sus rendimientos, pero funciona».
Para explicar esta afirmación, toma como ejemplo aquellos jugadores que comienzan una sesión de manera floja o algo desmotivados. Si son de esos que suelen tener una personalidad competitiva, comenzar a jugar con baja energía los puede llevar a cometer errores, lo que producirá enojo y por ende, entren en un estado de concentración y así podrán jugar mejor.
Lo cierto es que, como afirma Tendler, este no es el escenario ideal y un jugador no debería depender de una situación de enojo para llegar a su juego más óptimo. En todo caso, lo idea sería hacer un análisis del juego propio para ver si se puede estar padeciendo de este escenario y tratar de sacarle algo positivo mientras se busca solucionar de raíz.