Mauro Belano, de 31 años, trabajaba en sitios de casinos virtuales. Vivía en un edificio ubicado en la calle Morón al 3100, del barrio de Flores, perteneciente a la Capital . La madre de él denunció que su hijo estaba muerto en el baño, con heridas en la espalda. Ante el llamado, agentes de la comisaría vecinal 7C de la Policía de la Ciudad se trasladaron al lugar y constataron el hecho. Belano había muerto tras un ataque en el que le aplicaron 37 puñaladas.

Inmediatamente comenzó una investigación y la familia de la víctima aportó detalles. Sus hermanos dijeron que días atrás del crimen, Mauro le había mandado un mensaje de voz a su mejor amiga, contándole que se había peleado con la mujer con la que estaba saliendo. Supuestamente, ella le pedía dinero y él se negó a dárselo. En consecuencia, la mujer le habría pegado y escupido. «Se veían pero no eran novios», aclara un investigador. Para la familia, Mauro «le pagaba para tener encuentros con ella«.

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«Mauro siempre nos respondía con audios. Prácticamente no escribía», informaron sus familiares. «Nos llamó la atención que durante 48 horas solo nos mandara textos. Eran respuestas cortas, distantes». Para los investigadores, la principal sospechosa se habría llevado el celular de la víctima, y sería la que escribió esos mensajes. «Creemos que lo mató una semana antes de que su familia descubra el cuerpo», informa Clarín.

Mauro Belano. Por el crimen hay tres detenidos.

Para los investigadores, el crimen se dio en el marco de una discusión. Cuando Mauro salió del baño habría sido sorprendido y atacado con un cuchillo tramontina. Lo mataron de 37 puñaladas. Luego, en varios viajes, que hasta incluyeron un flete, ella se robó muebles, ropa, dinero y varias pertenencias más, incluida una moto, una Yamaha FZ de 150 cc. Para la familia, la supuesta asesina no actuó sola.

Hay tres detenidos

La Policía siguió realizando tareas de investigación e identificó a la sospechosa. Una Brigada de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad la buscó en su vivienda de la Torre 12 del barrio Piedrabuena, de Lugano, y en casas de familiares. Pero ella. Agustina Morales (18), quizá al verse acorralada, se entregó en un Juzgado Civil de Violencia Doméstica, a metros de los Tribunales de Talcahuano. Allí quedó detenida, imputada por «homicidio agravado».

No solo ella está privada de su libertad. Brian Balti (21) y Aníbal Morales (32), tío de Agustina, también cayeron. Se los detectó a los tres conduciendo la moto de Mauro por el barrio Piedrabuena, donde viven los Morales, y por la villa Ciudad Oculta, también de Lugano, donde Balti vivía y administraba una barbería. Los ahora detenidos fueron vistos en la moto por policías y familiares de Mauro, que participaron de la investigación. Balti habría reconocido la compra de muebles de Mauro, que habían sido vendidos por Agustina. Otro detalle es que algunos de sus clientes eran familiares de la víctima. Y que eran amigos de la infancia.

La causa quedó a cargo de la Fiscalía Criminal y Correccional 50, que inició actuaciones por «averiguación de homicidio».