El jugador del Leicester City Jaime Vardy decidió dar a conocer su versión sobre el incidente que protagonizó el verano pasado en una mesa de poker. En medio de una mano en un cash game en el Casino de Grosvenor, el inglés utilizó, en tres ocasiones, un término racista en referencia a un joven de origen asiático. ¿Por qué? Veamos.

En su autobiografía el jugador explica lo que sucedió aquella noche:

Había un par de miles (de libras) en el bote. Un chico asiático se dio una vuelta alrededor de la mesa y volvió para decirle algo a uno de los jugadores de enfrente. Yo dije: «¿Por qué estás mirando nuestras cartas?». Él lo negó, pero el jugador con el que había hablando fue all-in. «No puede ser», dije. «Tiene que haber visto las cartas»

Imaginen el revuelo que causó esta situación. Vardy, con unas copas de más encima, no tuvo mejor idea que llamarlo Japo, un modo despectivo que proviene de la segunda guerra mundial.

A todo esto un tercero que se encontraba viendo lo que sucedía empezó a a tuitear al respecto. Un amigo le avisó a Jaime y también terminó en una discusión con él. Pero ya era tarde. El término «racista» ya estaba esparcido por el cyberespacio y con un video que probaba lo sucedido, no hay vuelta atrás.

La palabra racista es una mancha permanente en mi nombre. Es peor que tener antecedentes penales. Algunas personas no me olvidarán nunca y otros aceptarán que cometí un terrible error y reconocí haber aprendido de ello.

Cuando mis hijos escriban mi nombre en YouTube les pondrá «Jamie Vardy racista». En Google también.

El jugador de fútbol tuvo que tomar dos cursos de concientización y disculparse con las tres personas involucradas en el altercado. Ahora pasa sus noches metiendo a sus hijos en la cama, jugando Call of Duty y viendo Homeland, muy lejos de las mesas de poker.

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