TV SHOW
El mago no encontró la magia y perdió un pozo de US$323K
Antonio Esfandiari volvió a las mesas televisadas y a pesar de que sus poderes fallaron una vez, al final de la noche fue el máximo ganador.
Ya se acerca el inicio de la WSOP y muchos de los jugadores que asistirán comienzan a planificar su calendario de torneos y a ofrecer acciones para varios de los eventos.
Aunque para muchos lo más importante es poder llegar a reunir la cantidad suficiente de buy-ins necesarios, es importante no olvidarse de incluir el llamado markup en la ecuación.
El jugador que se cree lo suficientemente bueno como para afrontar un evento y tratar de llegar a ITM o alzar el brazalete, debe tener en consideración el desgaste que esto implica. Haberse desplazado, pagado avión y hospedaje además de tener que pasar horas batallando en las mesas es algo que debe incluir en forma de porcentaje a la hora de vender acciones o buscar el financiamiento.
Por ejemplo, en un torneo de buy-in US$1.000, un jugador decide poner en venta el 50% del valor, es decir US$500: dicho markup determina que en vez de que la acción cueste US$1 puede costar US$1,10. Ese US$0,10 de más es el valor agregado por ser quien está en las mesas enfrentándose a otros rivales.
Otro factor a tener en cuenta es que todas las condiciones entre el jugador y el inversionistas deberían estar pactadas previamente por escrito. Durante los últimos años y sobre todo en la WSOP, son muchas las polémicas que se han generado por supuestos engaños y estafas de algunas de las partes que no cumplió con lo acordado.
Por último y no menos importante, el jugador cuando llega a Las Vegas debería aportar la suficiente información y estar en contante comunicación con quien decidió invertir. Independientemente de lo que pase en esta edición, el profesional debe pensar en construir una relación duradera para próximos viajes o participación en otros festivales.