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La historia de los brazaletes de la WSOP refleja la evolución del poker como deporte global. En 1970, Benny Binion organizó la primera edición de la World Series of Poker en el Horseshoe Casino de Las Vegas. Aquella reunión no consistió en torneos estructurados, sino en partidas de cash game entre los mejores jugadores de la época, quienes luego votaron por el «Mejor Jugador». Johnny Moss fue el elegido, llevándose un trofeo simbólico en lugar de un brazalete.
Entre 1971 y 1975, los campeones de los primeros eventos de eliminación directa recibían relojes de oro o trofeos artesanales, premios valiosos, pero todavía lejanos del concepto que hoy domina el poker. Todo cambió en 1976, cuando Binion instituyó que todos los campeones recibirían un brazalete de oro, una apuesta por profesionalizar el evento y cimentar su prestigio. Bobby Baldwin fue uno de los primeros en recibir este nuevo símbolo, que muy pronto se convertiría en el mayor objeto de deseo para los jugadores de poker.
Durante los años 80 y 90, el brazalete adquirió una dimensión mítica. Ganarlo se convirtió en sinónimo de pertenecer a una élite de campeones. Leyendas como Doyle Brunson , Johnny Chan
y Stu Ungar
impulsaron el aura de la WSOP, mientras el poker empezaba a ganar respeto como competencia de habilidad.
En 2005, la victoria de Chris Moneymaker en el Main Event tras clasificar desde un satélite online revolucionó el poker mundial. De un día para otro, miles de jugadores amateurs soñaban con ganar un brazalete. Dos años más tarde, en 2007, la WSOP expandió su territorio al celebrar su primera edición en Europa, entregando brazaletes oficiales fuera de Las Vegas por primera vez.
Chris Moneymaker ganador de Brazalete del Main Event de 2005.
La revolución digital llegó en 2020 con las WSOP Online. Debido a la pandemia, por primera vez se entregaron brazaletes en torneos exclusivamente virtuales, permitiendo que jugadores de más de 40 países diferentes compitieran por el mismo prestigioso trofeo. Hoy en día, las WSOP incluyen eventos en Las Vegas, Europa, Asia y plataformas online, entregando más de 120 brazaletes al año.
Phil Hellmuth lidera todos los récords históricos con 17 brazaletes. Ganó su primer título a los 24 años, tras vencer a Johnny Chan en el heads-up del Main Event de 1989. Otros grandes nombres, como Daniel Negreanu
, con seis brazaletes, y Erik Seidel
, con nueve, también han construido su leyenda alrededor de estos codiciados premios.
Ganar un brazalete WSOP es alcanzar el máximo reconocimiento emocional en el poker. Para muchos jugadores, levantar uno representa no solo habilidad técnica, sino resistencia, estrategia mental y la coronación de un sueño. No importa si se obtiene en el Main Event o en un torneo paralelo: el valor simbólico del brazalete trasciende el monto de cualquier premio en efectivo.
Algunos jugadores consideran los brazaletes más valiosos que el dinero mismo. Phil Ivey , quien posee 10, ha dicho en varias entrevistas que los títulos de la WSOP tienen un significado especial en su carrera, mayor incluso que varios de sus cobros millonarios en otros circuitos.
Hellmuth, con su brazalete #17.
Aneris Adomkevicius fue el último en escribir su nombre en la historia. En la WSOP 2024, se consagró en el Evento #99: $1,000 Super Turbo No-Limit Hold’em, logrando su primer brazalete y un premio de $201,344. Su victoria demuestra que las nuevas generaciones siguen escribiendo capítulos emocionantes en la historia de la WSOP.
Algunos datos curiosos reflejan aún más la grandeza del brazalete. El primer brazalete oficial, en 1976, tenía un costo de apenas unos cientos de dólares; hoy su valor simbólico es incalculable. Solo tres jugadores en toda la historia han ganado brazaletes en eventos WSOP de Las Vegas, Europa y Online: Shaun Deeb , Chris Ferguson
y Josh Arieh
.
Con cada año que pasa, los brazaletes de la WSOP siguen creciendo en número y prestigio. Y lo más importante: siguen generando sueños, pasiones e historias inolvidables que conectan generaciones enteras de jugadores en el mundo del poker.