Por José el Profe Litvak

Pocas veces pueden ser útiles: cuando sean tácticos. Veamos algunos casos:

A) Para ver barato el board

Una de las virtudes del call es no habilitar una 3bet de quien haya hecho un raise. Por ende, ubicados en la última o en anteúltima posición, podría ser provechoso pagar, si el propósito es ver el flop o la siguiente carta comunitaria lo más barato posible.

Si tenemos manos marginales, cartas conectadas o en suit y si en la mesa hay jugadores agresivos, la pasividad nos benefició. Asimismo, se evitan “sorpresas” si alguien ubicado antes que nosotros jugó despacio.

Ser activos es lo aconsejable, pero, en ciertas situaciones, puede costarnos un pozo que, con mayor cautela, habría sido nuestro. Esta es una.

B) Los multiway pots

En algunas oportunidades, quedan en juego varios limpers que compiten por un pozo acrecentado pero las chances de éxito de sus manos están reducidas y, entonces, la suerte influye notoriamente. No es lo habitual, pero se da a menudo en los cash games o en las primeras rondas de torneos en el que el valor de las ciegas no es significativo.  Si hay varios jugadores con manos mediocres, y las últimas posiciones tienen “basura”, es probable que no haya raises.

Al botón o al cut off les convendrá pagar, para ver el flop barato, con la esperanza de encontrar un “monster” (juego monstruoso) escondido. La idea es que el mayor valor del pozo supere las pot odds explícitas negativas que tienen al pagar y que la suerte incremente las implícitas.

C) El slowplay o la flotación

Otro motivo para limpear: supongamos que tenemos una mano premium y hemos jugado agresivamente o foldeado en varias rondas.  Creemos que una subida echaría a todos y nos llevaríamos únicamente las ciegas. Podemos pagar, y esperar a que alguien haga un raise y resubir o jugar lento. Muy probablemente, el pozo será provechoso. Claro que esto podría justificarse por nuestra posición en la mesa, el estilo de los restantes jugadores, sus acciones previas, los montos de las ciegas, la etapa del torneo, etc., etc. (¡¡¡muchos condicionamientos!!!). No obstante, el limp se impone, necesariamente, cuando queremos jugar lento o flotar.

D) Con pares medianos o bajos en la mano

Son lo que podríamos llamar manos prometedoras y potencialmente provechosas pero sólo si se conecta el set en el flop. Si ello no ocurre, y aparece una overcard en la mesa, no quedará más alternativa que foldear.  En estas situaciones, se impone ver el flop lo más barato posible, porque la posibilidad de conectar la “mortífera pierna” es de 1 en 8. Pocas chances de lograrlo, pero altas de ganar mucho. Y, en este caso, cuantos más rivales entren en juego, mejor, por lo que el simple call ayuda a lograrlo. También podríamos hacer una subida normal, pero corremos el riesgo de una resubida. No parece lo más inteligente. Hay que respetar los indicadores estadísticos.

E) Cuando se enfrenta a maniáticos

La táctica también es propicia cuando jugamos contra loose agresivos.  Ante ese perfil, muchos casos que ameritarían un reraise conviene sustituirlo por un call. Evita enfrentarse a un “4bet maniático” y a su consiguiente riesgo, en situaciones poco claras.

En suma, el call es conveniente sólo cuando, por diversas razones, queremos conocer el flop barato, para flotar o hacer slow play o para protegernos de los locos.

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