Por José el Profe Litvak

El factor postflop no es siempre tan obvio como parece. Con él nos referimos a lo «fácil» que es para el rango de manos de cada jugador haber ligado en un board determinado, o lo probable que es que la carta del turn o river ayuden a uno u otro jugador.

El ejemplo clásico de esto es el de los flops Axx. Como sabemos, si somos el agresor preflop apostamos sistemáticamente estos flops, y contra muchos rivales repetimos el proceso en el turn. Simplemente, hay muchísimos más Ases en nuestro rango que en el de nuestro rival y cuando tenemos el As, la mayoría de sus manos no tienen equity para seguir. Esto convierte las apuestas en este tipo de boards en algo muy rentable, ya que ni siquiera necesitamos apostar grande cuando tenemos el As (ya que la mano no es vulnerable, factor del que hablaremos en otra oportunidad).

Este factor y la vulnerabilidad de nuestra mano están muy vinculados. Y obviamente es un factor de peso en ambas direcciones. Hay boards que conectan mucho con los rangos del oponente y boards que conectan mucho con los nuestros. Los flops de cartas medias/altas y coordinados son boards donde un elevado porcentaje de las manos que los jugadores seleccionan jugar conectan de algún modo con la mesa (al fin y al cabo, prácticamente todos los jugadores prefieren las manos con cartas medias y altas a las de cartas bajas, y las manos conectadas a las desconectadas).

Por supuesto, cuanto más amplio es el rango preflop del oponente más difícil es que haya conectado en cualquier board , pero incluso rangos bastante amplios conectan a menudo en boards como 89J, 78T y similares. Cuanto más fácil sea conectar con el board  para el oponente, peor le resultará apostar. Del mismo modo, cuanto más difícil es que su rango haya conectado con el board , más rentable será la apuesta. Esto es más importante, si cabe, de lo probable que resulta que el board  nos ayude a nosotros.

Este es un factor centrado en el juego postflop, pero que también es esencial en el juego preflop. La cuestión es que en este aspecto ya lo hemos asimilado como parte intrínseca de nuestro juego, y es la razón por la que abrimos muchas menos manos en primeras posiciones que en la SB.

Simplemente, es más probable que un rival tenga una mano fuerte (es decir, que haya «impactado» preflop) cuantos más rivales quedan por hablar.

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