Por José Litvak
Dependiendo de la escala de aumento de las ciegas (velocidad del torneo), la etapa de recompras está acotada entre los primeros cuatro a ocho niveles.
Cuando el stack promedio sea de 20/25 ciegas, habremos entrado en la denominada fase inicial. Obviamente, a medida que aumenta el valor de las apuestas obligadas decrece el de la relación porcentual con los de los stacks.
Por ejemplo, un torneo turbo puede iniciar con aproximadamente 4.000 fichas para cada jugador y el primer nivel de ciegas ser de 25/50. En ese momento, el stack promedio, por ende, es de 80 veces.
En uno de velocidad “normal”, los stacks se acercan a las 100 BB y, en los deep stack, puede llegar a 150.
En esta fase las cajas son grandes en relación al valor de las ciegas y, por ende, al de las apuestas que se propondrán. Éstas guardan necesaria relación con lo que está en juego: no vale la pena arriesgar mucho para ganar poco.
En este período no hay demasiados peligros y se juegan más rangos de manos.
El costo de buscar juegos es módico en relación al potencial lucro, más si son monstruos o escondidos.
Por ello y porque el robo de ciegas no es redituable, se verán más competidores pagando y llegando al showdown, algo no habitual en los ciclos siguientes.
Además, todavía las fichas no cambian significativamente su valor relativo (ya veremos la importancia de este concepto en próximos artículos).
Claro que no parece aconsejable ser imprudentes con los “robos” ni pagar con cartas marginales.
Como, a menudo, muchos entran para “encontrar el milagro” por “poca plata”, es una buena ocasión para explotar las buenas manos.
Podemos ser menos tight, pero sin enloquecerse ni entrar en juego sin ventajas matemáticas. Los favoritos ganan la mayor cantidad de las veces, especialmente contra los “perseguidores de ilusiones”.
Esto no impide entrar con algún promisorio draw, pares menores u otra mano razonablemente interesante, muy especialmente desde las últimas posiciones.
Si jugamos muy tight, ganaremos, sí, pero poco.
Esta es la situación contrapuesta a la estrategia general, será la excepción a la regla pero, a veces, produce buenos beneficios.
De las tantas experiencias vividas, recordamos una de un torneo que resulta ilustrativa: en la tercera ronda del primer nivel, teníamos en nuestra mano 4 4 y aceptamos un raise de la UTG de tres ciegas.
El flop mostró:
K 4 7
Logramos un “hermoso set”.
Nuestro oponente apostó el valor del pozo y nosotros “subimos” al doble, aparentando tener un Rey y tratando de lograr valor, dado que nuestro juego era fuerte. Él fue directamente all in y aceptamos instantáneamente. Mostró sus Ases y ni el turn ni el river trajeron su difícil salvación.
Esto enseña tres cosas:
- Aún con muy buenas manos, jugarse todo el stack en las primeras rondas es siempre peligroso.
- Igual que en la siguiente etapa, el objetivo es llegar a la burbuja con un monto de fichas razonable. Cuanto más mejor: pero más importante que la cantidad es lograrlo.
- Que desde el principio de un torneo se puede apreciar la sensación de ver el orto *.
En estos casos, parecen más aconsejables apuestas grandes pero que permitan seguir con vida en caso de derrota.
Ya habrá oportunidades apropiadas de doblar o de triplicar el stack. Es muy lucrativo duplicarse en fichas, pero especialmente lo es en las fases siguientes, donde la cantidad en juego es significativa y pueden definir la suerte de la competencia.
Imaginemos el “humor” de nuestro oponente al tener que levantarse de la mesa a los diez minutos de iniciado el torneo y después de recibir dos Ases.
Lee, Streib y Nelson, en contraposición, sostienen que “una movida all in en etapas tempranas crea la equidad del miedo.
Otros rivales verán que eres agresivo y no temes comprometer todo tu stack en cualquier momento. Sabiendo esto, te tendrán temor”.
Y proclaman: “¡Viva la equidad del miedo!” (Conf. “Kill Everyone”). Obviamente, no lo compartimos.
* Orto: (del latín ortus). Salida o aparición del sol por el horizonte. Diccionario de la Real Academia Española 2010.