Por José Litvak

Desde tiempos inmemoriales, el hombre usa una ayuda extra para satisfacer sus necesidades en aquellos campos en los que las cosas se le complican o cuando podría interponérsele otra voluntad.

Las personas no usan amuletos para situaciones que pueden sobrellevar por sus propios medios, sino cuando están en aprietos.

Tenerlos para atraer la buena suerte no parece del todo malo si uno cree que con una porción de materia obtendrá los resultados que espera y, casi seguro, aumentarán las capacidades internas e inconscientes para generar energía favorable.

Estos escudos defensivos son incontables y algunos consisten en acciones. Por ejemplo, tocar madera, colgar una herradura en la puerta, encontrar un trébol de cuatro hojas, entrar a un ámbito o levantarse con el pie derecho o llevar una pata de conejo, son técnicas antiguas.

Llevar una prenda roja para evadir el mal de ojo, cruzar los dedos para atraer a la suerte o hacerle «cuernitos» al contrincante para evitársela, usar ropa interior de un determinado color o comer doce pasas de uva en Año Nuevo, son un poco más modernas.

Finalmente, tocarse partes del cuerpo frente a un yetatore o cuando queremos evitar los efectos de los augurios o los buenos deseos de un fúlmine, constituyen una de las técnicas más novedosas, eficientes e incómodas para poner en práctica.

El juego y los deportes en particular cuentan con infinitas cábalas. Desde exorcismos en estadios, la atribución de poderes a ciertos sujetos y hasta los más simples talismanes. Y, naturalmente, nada de esto es ajeno a los jugadores de poker quienes han demostrado una gran capacidad para desarrollar las costumbres más extrañas.

Algunas supersticiones famosas y amuletos del poker

Una de la más recordadas tuvo como protagonistas a unos jugadores que le pagaron 200 dólares a Doyle Brunson para que les alquile por media hora a Casper (su encendedor Zippo de la suerte) esperando, con ello, absorber un poco del talento del maestro.

Otra: el par de jotas es, probablemente, la mano más despreciada por los supersticiosos del poker. Esta combinación es la cuarta con mejor pronóstico matemático, aunque muchos pierden a menudo. Para no pocos, son cartas malditas.

Farha en realidad ya no fumaba

Claro que la cuestión no es que esa combinación de mala suerte, sino que hay que saber cómo jugarla, especialmente, después del flop.

Johnny Chan, dos veces campeón del evento principal de las WSOP traía fruta a la mesa.

Después de ganar el segundo campeonato consecutivo en 1988 (una escena popularizada en la película “Rounders”) muchos jugadores lo advirtieron y él explicó que llevaba una naranja para olerla y combatir el hedor del tabaco que había entonces en los casinos. Sin embargo, mucha gente lo vio como un amuleto y comenzaron a imitarlo.

También dicen que es bueno ponerse un cigarrillo sin encender en la boca. ¿Por qué?

Ocurre que, en cierto momento, Sammy Farha, el subcampeón del Evento principal de las WSOP de 2003, tenía una malísima racha y un amigo le sugirió que salieran para fumar. Él le respondió que no tenía ese hábito.

Entonces, el otro le puso un cigarrillo sin encender en la boca y le dijo: «Déjalo ahí hasta que tu suerte cambie». Desde entonces, y pese a su abstinencia, repite la cábala a menudo.

Finalmente, en los juegos de naipes, es muy común atribuirle influencias nefastas a aquellos que nos miran jugar, especialmente si están cerca o, el peor de los escenarios, detrás nuestro. Quienes no conozcan esto, deben abstenerse a ubicarse en esos lugares. Lejos de ayudar con la presencia o el aliento, serán el chivo expiatorio de las desdichas del jugador.