Inicio > A fondo con: Jennifer Harman (Parte II)

Esta es la segunda parte del perfil de Jennifer Harman. Si te perdiste la primera parte podés leerla haciendo click aquí.

A pesar de su pasión por el poker, Harman no jugó a las cartas de manera formal durante varios años. Desde los 18 hasta los 21 estudió en la Universidad de Nevada y no volvió a las mesas hasta que estuvo titulada y consiguió un trabajo como camarera en uno de los múltiples casinos de Las Vegas. Harman conocía a varios de los regulares de las mesas y recibía buenas propinas pero al final de su turno ella misma se convertía en jugadora y al poco tiempo ya era regular de las partidas de Limit $5/$10 y $10/$20.

Al poco tiempo, Harman se mudó a California y pronto se encontró con las partidas de poker del Bicycle Casino de Los Angeles y con su bankroll conseguido en Las Vegas, más buenas sesiones en su nuevo hogar, escaló hasta los límites $30/$60. De esas partidas tiene un recuerdo particular: una maratónica sesión que se extendió por más de treinta horas y de la que Jennifer no quería salir con un saldo negativo. Finalmente tuvo que aceptar la realidad y abandonó la mesa perdiendo poco más de $2.000 dólares.

En ese momento, aunque no se consideraba como tal, ya era una jugadora profesional de poker. Su rutina de trabajo eran ocho horas por día cinco días por semana. Sin embargo, para ella era sólo una forma de pasar el tiempo mientras descubría qué hacer con el resto de su vida.

Esa decisión llegó cuando contrajo matrimonio a los 26 años con un novio que había conocido en las mesas de poker.  Harman invirtió su bankroll de $60.000 dólares en un negocio que, para su infortunio, fracasó y la pareja quedó, en sus propias palabras, en bancarrota. Con un pasado pokeril, ambos decidieron que el poker era la única manera de recuperar lo perdido y se mudaron a Las Vegas para empezar de cero.

Con el bankroll recuperado, y aunque ya no estaba con la persona con la que había comenzado su aventura, Harman aceptó que el poker era su medio de vida. «Este juego no sólo me ha dado estabilidad económica sino que me ha permitido conocer muy buenas personas y algunos de mis mejores amigos», afirmó.

Uno de ellos es, sin duda, Daniel Negreanu. En 1998, cuando Negreanu era todavía un gran desconocido, no sólo para las masas sino para los regulares de Las Vegas, Harman lo conoció cuando «KidPoker» ganó un torneo de PL Holdem al que se había clasificado tras vencer a Todd Brunson, en aquel entonces la pareja de Jennifer.

Brunson tenía una parte de la acción de Negreanu y Jennifer fue la encargada de presenciar la mesa final de Daniel. Cuando ganó, le pidió la parte que le correspondía a Todd y lo felicitó por su victoria: «Fuimos a un bar a celebrar y terminamos hablando toda la noche», recuerda Harman, «Desde entonces hemos sido mejores amigos.. más como hermano y hermana, en realidad».

En el 2000 Harman ya era toda una profesional, y muy respetada por los jugadores de Las Vegas, y consiguió su primera victoria en un evento de la World Series of Poker, específicamente en la modalidad NL Deuce to Seven Draw. Lo curioso es que Harman nunca había jugado esta modalidad y sólo había recibido una clase de cinco minutos de Howard Lederer previo al inicio del torneo. Jennifer se llevó $146.250 dólares.

En el 2002 repitió su victoria en un torneo de la World Series of Poker, en este caso en un evento de $5.000 dólares Limit Holdem. La modalidad que había jugado durante toda su vida le dio otra alegría a Harman y aumentó su bankroll con una cifra de $212.000 dólares. Jennifer estaba en su mejor momento y lejos de sus peores situaciones.

A pesar de su éxito en torneos, con sus dos victorias y múltiples mesas finales, admite que no es su modalidad favorita. De hecho, afirma que la odia especialmente por la cantidad de tiempo que involucra y la enorme varianza que representa: «Un mal river puede arruinarte cuatro días de trabajo», comenta.

Por otro lado, su pasión por las mesas de cash se mantiene intacta  y, en la cúspide de su carrera, ha jugado de forma regular la partida del Bobbys Room con ciegas de $4.000/$8.000. Sin embargo, quizá el mayor reconocimiento que ha recibido de sus pares fue que la seleccionaron como parte del equipo de profesionales que disputó una legendaria partida de Limit Holdem contra el millonario Andy Beal. La partida llegó a tener ciegas de $100.000/$200.000 aunque a los profesionales no les fue muy bien en un principio. «Fue horrible perder cinco millones de dólares», declaró Harman, «Aunque después lo recuperaron y tuvimos buenas ganancias».

Al final de la jornada, de cualquier sesión de poker, Jennifer sabe que cuenta con el apoyo de las leyendas de Las Vegas y vive bajo su motto: «Amo el poker».

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