Hubo un tiempo, una época dorada del poker, donde un conductor de autobús podía ganar más de 280 mil dólares sin invertir un centavo. ¿Cómo es esto? El Big Game de PokerStars ponía a un recreacional en una mesa con puros sharks y le daba 100 mil dólares para jugar. Si generaba algo de dinero, se lo podía quedar. Y si le sumamos un cooler mortal, de esos que los ni los profesionales pueden salirse, el combo era explosivo.

Es la historia de la mano que hoy recordamos en esta sección, un clásico de los jueves. Podemos ver como los Ases le llegan en el momento justo, ni antes ni después, al loose cannon. Y para hacer las cosas más interesantes, la da a Peter Jetten unos reyes negros bellísimos. ¿El resultado? Dale play al video.