La pasión debería de ser el motor que mueve la mayor cantidad de actividades de los seres humanos en su día a día, tanto en el ámbito profesional como en personal. Sin embargo, por el camino van apareciendo otros incentivos o elementos que hacen cambiar el foco con el que se realizan dichas actividades. Muchas veces el jugador de poker se concentra en los llamados «fantasmas» que lo llevan a tomar malas decisiones en las mesas.
A lo largo del tiempo, jugadores, escuelas y coachs de poker han tratado de demostrar que un buen enfoque es olvidarse de los resultados o gráficas y pensar en el largo plazo. Sin embargo, el dinero en sí es un elemento que está presente en cada movimiento que se realiza y es justo por ello que la acumulación de riqueza, evitar críticas o conseguir elogios y los placeres momentáneos se convierten en el fin último de todo profesional o recreacional de las mesas.
El foco en la riqueza
Es más que sabido que a pesar de tener una estrategia ganadora y buen juego, los resultados no siempre suelen ser favorables o esperados. Por mucha habilidad que se tenga en la lectura de rangos de los rivales no se puede asegurar que en determinada situación nos quiten varias cajas o nos eliminen de un torneo al tener escalera en el river con cartas que simplemente fueron jugadas por ser «las de la suerte». Por ende, esos son factores que no podemos controlar en su totalidad y es fundamental dejar de un lado el enfoque en los resultados o riqueza.
El foco en evitar la crítica o el reconocimiento
En el poker no está nada escrito, muchos son de la idea de que no existe una manera óptima de jugar una mano. En ocasiones se dan larga acción en una jugada solo por la falsa creencia de querer demostrar que se es mejor jugador. En algunas otras oportunidades, aunque el bluff es una jugada válida, se hace con la intensión de dejar en ridículo al oponente en lo que se ha convertido en una conflicto personal o rivalidad uno a uno. Enfocar el juego exclusivamente en la imagen que tienen los otros jugadores de uno es otro grave error.
El foco en los placeres momentáneos
Este punto está muy ligado al anterior, y es que si el poker es un juego a largo plazo, se deberían evitar enfoques de resultados inmediatos. Jugar solo por la satisfacción momentánea de ganarle o no perder con determinado rival, salir de la mesa justo en el momento de «completar la caja» o no hacer una apuesta por miedo a pesar de tener una buena mano, son pequeños factores que se van sumando en las sesiones de juego pero que no representan una visión general sino más bien en lograr estar satisfecho o evitar la molestia en ese momento en específico.
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