Por Leandro Cáceres

Hay jugadores que aspiran a meter el premio de su vida para cambiar el auto, para tener un viaje de ensueño o simplemente disfrutar de la gloria por sentirse el mejor. No es el caso de Julio Moura , quien con las ganancias que consigue en este hermoso deporte pronto rehabilitará una sala del hospital de Pelotas , su ciudad natal, que se encontraba en muy mal estado.

Este jugador que inició su camino pokeril mirando las mesas vivas de los casinos nunca pensó en hacerse millonario con el juego, sino que vio la posibilidad de ayudar a los demás: “Siempre fui a los hospitales a colaborar, llevar pañales y a ayudar a gente carenciada que no tiene nada. Hay lugares en los que faltan muchas cosas. No es responsabilidad de nadie, pero tenemos que hacer nuestra parte para ayudar. El poker hoy me dio recursos para que yo pueda dar una mano. Hoy en día, pude hacer una reforma en la parte de pediatría que estaba en muy malas condiciones”, cuenta el brasileño.

Julio, con una pica y los pañales donados

“Yo me emociono mucho cuando hablo de esto”, asegura. “Primero pienso en ayudar, y me gusta saber que hay gente que va a tener un beneficio. Sinceramente creo que se puede hacer un mundo mejor actuando de esta forma”.

Quien supo ser unos de los mentores de Thiago Grigoletti , quinto puesto (R$500.000) en la gran final del BSOP 2015, se llena de felicidad al ver cómo hay gente de este ambiente que se suma a colaborar. “Algunos me felicitan, me mandan mensajes de agradecimiento. Hay muchos del poker que también han empezado a hacer donaciones. El último ganador del MPT acá en Pelotas fue conmigo a la farmacia a comprar pañales, y si bien no había ganado bastante, una parte de ese premio la destinó para ayudar. Para mí, esas cosas no tienen precio. No era mucho, pero eso vale más que un millón. Es la actitud que tuvo este chico, que es estudiante. Esas cosas, a mí, me emocionan”, agrega Moura, ya con la voz quebrada.

Ahora, luego de esta parada inicial de la BSOP que terminó el martes en San Pablo , Moura, que ganó el Last Chance de Brasil Live en Camboriú , sueña con poder hacer habitaciones en el hospital para que los que viven en los corredores tengan un lugar más digno donde poder estar. “A mí me genera más felicidad poder darle a alguien un colchón para que pueda dormir que comprarme una joya”.

“No quiero ganar para comprarme un auto. Yo no necesito más nada. Tengo mi casa, mi trabajo. No preciso más nada, si total no nos vamos a llevar nada de acá. A mí me pone muy triste la gente que puede hacer algo y no lo hace. Tenemos que ser solidarios con nuestro prójimo”, explica el Julio, todo un ejemplo.

Pero eso no es todo, porque este jugador –que no recibió el llamado de ningún político y prefiere no recibirlo– no sólo ha ayudado en su localidad, sino que también lo ha hecho en Rivera y en comunidades de Río Grande del Sur . En este ambiente donde no mostrar ninguna sensación es fundamental para poder triunfar, Julio prefirió expresarlas con su corazón, grande como el mismo Brasil.

Las reformas en el hospital pediátrico de Pelotas :