FÓRMULA 1
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Pocos meses han pasado desde el día en que Rodrigo MacLean , uno de los más prominentes talentos de las nuevas generaciones del poker chileno, logró su consagración en la historia del poker austral, al sellar con su triunfo en el Desafío del casino Marina del Sol la llamada “Triple Corona del Poker Chileno”. Ese 10 de agosto, cuando posó para la foto con todas las fichas, repetía una escena que ya había vivido en abril, al quedarse con el título del Dreams Poker Tour; una postal que resultó calcada a la que lo puso frente a los lentes al imponerse también en el Campeonato Nacional de Poker, apenas unos días antes de su proeza en el Desafío. Hasta ahora “Maclinic”, como es conocido Rodrigo, es el único jugador de su país que se queda con los trofeos de campeón de los tres torneos más importantes que se juegan en Chile, en la misma temporada.
Lo que resulta más curioso en esta hazaña de MacLean, es que inicialmente el chileno no se reconoce como un especialista en torneos. La modalidad de juego que siempre ha avivado más su espíritu competitivo es el cash game, por lo que él mismo reconoce que a menudo le falta la paciencia necesaria para encarar un torneo. También se hace paradójico que una cadena de victorias en vivo haya sido conseguida por un pokerista que en principio definió su estilo con un perfil demasiado centrado en las condiciones que imperan en el poker online: “tengo que reconocer que en mis primeros años era bastante malo a la hora de enfrentar un torneo. Me faltaban estudio, paciencia y dinámica, ya que jugar en vivo tiene algunas diferencias con los paños virtuales”, afirmó.
Así, desprevenido y honesto, se mostró “Maclinic” en una interesante conversación en la que más allá de sus logros deportivos, nos permitió conocerlo y encontrar la historia que lo llevó a cambiar su proyecto de vida de la ingeniería civil industrial al profesionalismo en el ámbito del poker. Y es que fue precisamente en sus años de estudiante cuando Rodrigo conoció el juego que le cambiaría la vida: “Conocí el poker cuando entré a la universidad. Ahí unos muchachos jugaban a la hora de comer y un día me dejaron jugar… Nunca más hubo vuelta atrás”, confiesa, como si pronunciara el “erase una vez” con el que abre su cuento.
En esos días, sus partidas de iniciación fueron en mesas caseras, sin que las cifras en juego fueran muy significativas. Pero estaba claro que el poker tenía reservado algo grande para MacLean: “Para mí era todo un mundo nuevo, pero al tener siempre una mente matemática, me di cuenta de que este juego tenía muchas variantes. Lógicamente que en un principio ganaba de vez en cuando contra amigos, pero después dejó de ser coincidencia que los triunfos llegaran una y otra vez. Así me decidí y empecé a jugar en clubes de la ciudad”, avanza “Maclinic” en su relato.
Y entonces, como todo héroe que recibe el llamado a la aventura, Rodrigo tuvo que soportar una ruptura inicial con la tranquilidad que le daba su vida habitual. El poker se le tornó casi una obsesión y por momentos parecía que no había ningún otro asunto que desplazara el interés que sentía frente a ese juego: “Claramente, estaba explorando una pasión nueva, pero con inmadurez. Llego un momento en el cual, sin darme cuenta, descuide todos los demás aspectos respecto a mi vida: estudio, familia, novia. Sólo respiraba poker”, se inspira el campeón.
Al poco tiempo, “Maclinic” ya se enrutaba en sus primeras expediciones en los paños virtuales. En sus inicios, hace unos cuatro años, jugaba en la modalidad No Limit 25 Six Max en Full Tilt. Los resultados fueron tan promisorios inicialmente que el entusiasmo lo llevó a dar un salto económico y jugar el primer torneo realizado en el entonces recién inaugurado casino Enjoy, a unos 30 minutos de Santiago. “Fue un torneo con mucha acogida. Los cupos se vendieron por completo y quedó gente por fuera, sin poder jugar. Logré terminar en segundo puesto y obtuve un premio de 15 mil dólares”, narra Rodrigo, llevándonos a un flash back que tuvo lugar cuatro años atrás.
Pero esos rápidos progresos no fueron cuestión del azar. Para estar ganando a buen ritmo en la modalidad No Limit 25, Rodrigo ya venía estudiando el juego con su gran amigo Eduardo Sabal, quien fue su primer guía para encontrar lo que él llama “el buen camino”. “Una vez que obtengo ese triunfo tan rápido en vivo, me dedico a jugar regularmente en el circuito chileno y empiezo a conocer a grandes jugadores y personas, como son Cristian Velásquez (tricampeón consecutivo del ranking Enjoy) y Sebastián ‘Conejo’ Ruíz , quienes eran sin duda los mejores en ese momento”.
Ante el buen nivel que MacLean siguió mostrando en los eventos en vivo, sus nuevos compañeros de mesas empezaron a invitarlo a salir a jugar fuera del país, en uno que otro evento correspondiente al Latin American Poker Tour (LAPT). Así debutó internacionalmente en Punta del Este, Uruguay, donde vio coronarse como vencedor a Alex Komaromi : “Fue un viaje sin nada especial para contar en cuanto a los torneos, pero me sirvió para darme cuenta de que estaba alcanzando un muy buen nivel en cash game, que ha sido siempre la especialidad que más disfruto en el poker”, recuerda Rodrigo.
En este viaje a Uruguay, MacLean jugó por primera vez en partidas No Limit 1k, experimentando lo que él llamó “adrenalina pura”. Tal vez por ese afán de jugar a niveles más altos, fue una época en la que Rodrigo empezó a vivir pérdidas realmente significativas en las mesas. Entonces, la tabla de salvación con la que pudo salir a flote, fue el respaldo de algunos backers: “Jugar backeado me obligó a preocuparme por mejorar día a día y sumar resultados. Por fin pude volver a consolidarme económicamente y continuar jugando por mis propias arcas. En mi mentalidad, siempre he pensado que tengo que ser lo suficientemente bueno, es decir, ganador y decidir así por mí mismo qué puedo jugar y qué no, en lo que a torneos se refiere. Tuve muy buena relación con mis backers, nada malo que decir, pero si hay una razón importante por la que juego al poker, es porque soy mi propio jefe”, afirma “Maclinic”, mostrándonos lo importante que le resulta la autonomía en su ruta como profesional.
Sin embargo, esa recuperación de la estabilidad económica, no supuso la superación de todos los obstáculos a los que Rodrigo debió enfrentarse para seguir firme en su objetivo de consolidar el poker como su profesión y proyecto de vida. “Al descuidar tanto otros aspectos por mi carrera, terminé perdiendo a mi novia, y me alejé también de mi familia. Al principio les costó mucho comprender la decisión que había tomado y al no compartir mi pasión por este deporte, era natural un distanciamiento. También terminé congelando mis estudios”, reflexiona MacLean.
En medio de ese panorama, que parecería de total incertidumbre, “Maclinic” veía claro hacia donde quería ir: “No me importó dejar incompletos mis estudios después de haber adelantado cuatro años en mi carrera. Tuve la visión de que realmente quería ser jugador profesional de poker, en lugar de dedicarme a algo que terminaría haciéndome infeliz en el futuro”, señala. Con esa convicción, empezó a tomarse con más exigencia los retos deportivos que se le fueron presentando: “Hubo un año en el que ‘Conejo’ Ruíz se ganó todo en Chile. Entonces me convencí de que tenía que aumentar mi nivel y mejorar. Desde ahí hasta hoy, me codeo con los mejores de mi país. Converso, analizo y juego con muchos de ellos”, continúa MacLean.
Seguramente esa cercanía a los grandes del poker austral llevó el nivel de juego de MacLean a una evolución mucho mayor de lo que él mismo había proyectado, quizá. “Vinieron logros como haber alcanzado un deal con mi amigo Amos Ben , para dividir el primer lugar del torneo Second Chance del Latin Series of Poker, en Lima. Luego esta especie de sueño que ha significado alcanzar la Triple Corona en los circuitos chilenos. Ahora también puedo sumarle a ello el orgullo de decir que soy el campeón del ranking Enjoy. También he conseguido un primer lugar y una mesa final en el circuito de torneos del Venetian Casino en Las Vegas y obtuve una victoria en el torneo deepstack Extravaganza. También me siento muy orgulloso de poder decir que juego siempre las mejores partidas de cash en cada uno de los viajes que realizo”, ilustra Rodrigo.
Y como es natural ante tan buenos vientos, “Maclinic” piensa mantener sus naves en movimiento: “El próximo año jugaré por primera vez el main event de las Word Series of Poker (WSOP), lo cual será para mí como el debut de un futbolista en la Copa del Mundo. Ya he jugado eventos de la World Series of Poker, pero nunca el evento principal. También tengo entre mis objetivos próximos lograr un resultado grande en un torneo dominical de PokerStars. Además quiero seguir subiendo los niveles en las partidas de cash game y continuar con mi transición a la modalidad Pot Limit Omaha, en la cual ya vengo encaminado desde hace un tiempo”, contesta Rodrigo cuando le pregunto por los planes que se traza para lo que viene en su carrera.
En medio de su buen momento, MacLean ha encontrado la tranquilidad que le permite mirar en retrospectiva y reconocer que su trabajo, su perseverancia, y su convicción de querer apostarle la vida al poker, han permitido poner en equilibrio todo eso que en los inicios de su carrera se vio como ensombrecido: “Hoy en día soy un tipo soltero y estoy bien así. Es complicada la vida del jugador para sostener una relación de pareja, a mi modo de ver. Poco a poco recuperé la cercanía con mi familia y hoy en día ellos son mis mayores fans. Me siguen siempre y celebramos juntos los éxitos”, se confiesa.
Además, el poker le permite también mantener a su alcance esas otras pequeñas grandes pasiones que enriquecen su vida: “Me gusta viajar, la buena cocina, compartir con mi familia. Soy una persona simple, pero me gusta tener comodidad a la hora de vivir”, precisa Rodrigo. Y es en ese gusto por los viajes donde “Maclinic” centra otro de sus grandes objetivos como jugador: “Mi plan final con el poker es poder conocer todo el mundo jugando. He conocido sitios maravillosos para hacerlo, como Lima, Sao Paulo y Las Vegas. Ahora también quiero dar pronto el salto al otro lado del océano y jugar en alguna parada del European Poker Tour (EPT)”, admite.
Y es que más allá de los logros deportivos, “Maclinic” se muestra agradecido en todo momento por esos premios que le ha dado el poker más allá de la competencia. Y el más valioso hallazgo que reconoce en ese sentido, es el lazo de amistad y colegaje que lo ha ido ligando a quienes conoció en principio como rivales en las mesas: “En esta camada joven chilena, tengo que nombrar a ‘Conejo’ Ruíz , Alex Manzano , Andrés Herrera , Ricardo Chauriye , Amos Ben y Óscar Alache . El poker es un juego muy solitario y son los colegas y amigos los que me han hecho mejorar como persona y como jugador, además del estudio, por supuesto”, reconoció.
Cuando le pregunto por lo que le falta al poker latinoamericano para ponerse a la par con el nivel que se vive en los países de la élite mundial en este deporte mental, MacLean afirma que “se necesita estudio, pasión por la competitividad, dejar de usar el soft play y que los lugares que organizan los eventos, como los casinos, dejen de ver todo solo con perspectiva de lucro y promuevan las facilidades necesarias para que más personas se animen a jugar”.
Para cerrar, Rodrigo reservó unas palabras para nuestros lectores y para los practicantes de este deporte en general: “Mi mensaje para quienes practican el poker es que jueguen y se diviertan. Es muy importante disfrutar esto y si ya están pensando en tomarlo como una profesión, sean incansables en mejorar y esforzarse. Aquí no existe dejar las cosas a medio camino. Hoy en día, el poker está más difícil que nunca. Es por esto que para jugarlo hay que tener muy claro qué se busca. Y por supuesto, ¡nos veremos pronto en las mesas!” concluyó.
Por Jorge Loaiza CodigoPoker Colombia