Ho, ho, ho… ¡Feliz Navidad! ¿Creyeron que íbamos a dejarlos sin regalo? ¡Jamás! En CodigoPoker levantamos nuestras copas para brindar por una gran noche y les entregamos esta entrevista a Damián Salas , sin dudas el personaje latino del año, primer finalista de nuestra región en el Main Event de la WSOP.
El argentino fue séptimo luego de que un 5 en el river lo eliminara y dejara con un premio fantástico de US$1.425.000. Significó el mejor resultado latino en el evento y el mayor cobro celeste y blanco en la historia. De todo eso y más, Tritu habló en exclusiva con CodigoPoker.
-Fue un año inolvidable, ¿no?
-Ese resultado era un objetivo. Un sueño que tengo el privilegio y orgullo de haber podido cumplir; queda marcado a fuego en mi carrera profesional y en mi corazón. Lo deseaba con mucha energía desde hacía mucho tiempo.
-Lo estabas buscando…
-El año anterior le pegué un susto… Salí quinto en un evento de US$1.500, y la verdad es que este año me sentía en mi mejor momento a nivel poker y humano; todo está interrelacionado.
Ya cuando arranque el 2017 tenía ese presentimiento que se iban a dar determinadas cosas.
-¿La búsqueda es la gloria o el dinero?
-La gloria, lo que me llenó y me frustró a la vez. Claramente, con total honestidad, yo juego al poker porque es mi pasión, porque me encanta, porque adoro la competencia; soy un apasionado del desafío y de superarme. Y eso me motiva. Juro por mis tres hijos que la plata no me motiva.
La plata es una lógica consecuencia de tener procesos eficientes, destreza. Cuando yo arranqué a jugar, empecé sin ninguna pretensión, lo hice porque me encantaba y me encanta el poker.
Obvio que vas perdiendo un poquito la llama de la pasión por la habitualidad. Me motiva encontrar cada día ese detallecito que me hace evolucionar, eso es lo que me mantiene vivo.
-Más allá del poker en vivo, se te está viendo con mucha acción en el online…
-Sí. La verdad es que tengo un cierre de año muy bueno, estoy en un gran momento de confianza, ligando también a lo campeón, ja. Y se ve plasmado en grandes resultados.
-¿Qué te falta conseguir en el poker?
-Todo me falta, esto recién empieza. Me falta un montón, sin dudas. Como te dije, lo que me motiva no es el dinero, sino la competencia, ganar.
Me falta ganar un montón. Fundamentalmente quiero ganar un brazalete de la Serie Mundial, y sé que lo voy a lograr. Porque me siento bien en mis capacidades y en un excelente momento a nivel personal como para poder lograrlo.
Así que eso es a lo apunto en el 2018. Mi gran objetivo es ganar un brazalete de la Serie Mundial.
-Después de haber sido finalista del Main Event, ¿te reciben de otra manera, notas alguna diferencia?
-A nivel internacional, ya pasó, ya es un poco intrascendente. Si yo me presento hoy en Las Vegas, alguno me reconocerá , pero ya pasó. Un séptimo puesto, suma, pero lo relativizo. Obviamente, a nivel latino y argentino, como fue la mejor performance de la historia, tuvo una gran repercusión, que va a quedar dando vueltas en el ambiente por mucho tiempo. Yo lo tomo muy bien y busco la manera de que me potencie, pero no me quedo trabado en ese logro. Por suerte, el que me guste tanto jugar hace que me sea muy sencillo desprenderme de lo que pasó.
-¿No te quedaste enganchado con el bad beat?
-No, no. La verdad es que no. Obviamente me dolió y tuve 5 minutos de devastación. Habían pasado muchos días de competencia, por eso me senté, me di unas palabras a mí mismo, me di un minuto de reflexión porque lo necesitaba. Pero se quedó allí, ya está.
Yo me quedo con los procesos , con mi manera de afrontar todo el torneo. Me sentí en confort, me sentí muy a gusto.
El Día 4 pasé chip leader; el Día 5 fui 3º o 4º, estuve siempre como protagonista. Después llegó la mesa final y quedé corto, con lo que vino hice lo que pude, creo que tomé buenas decisiones. Me quedo con el orgullo de haber hecho buenos procesos de razonamiento. Ese 5 quedó ahí, listo, se terminó.