La última semana estuvo marcada por polémicas en los high stakes. Por una parte, Alex Foxen  acusó a Ali Imsirovic  de ser un tramposo, mientras que por otro lado, el jugador más ganador de todos los tiempos, Bryn Kenney , está en la mira de la industria al ser señalado como el promotor de lo que podría considerarse la mayor estafa online.

La bomba explotó en el podcast de Doug Polk , donde el profesional Martin Zamani aseguró que el número 1 de la All Time Money List utilizó un establo de jugadores y su posición destacada dentro de GGPoker como algo más allá que un simple embajador para realizar diferentes tipos de trampas como ghosting, colusión y multicuentas.

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Ante esto, la comunidad de poker actuó con base en la acusación y generó diferentes reacciones tanto como para Kenney como para el problema en sí. Es más, gracias a ello se empezó a generar una petición popular para que hubiese una lista negra de jugadores a nivel mundial.

Al margen de esto, Kenney se mantuvo en silencio, pero ante la avalancha que se ha generado con su nombre, decidió romper el silencio con el siguiente mensaje.

«Queridos amigos y fans, se han hecho acusaciones sobre mí. Lo más importante para mí es no verme envuelto en ningún tipo de trampa. No hay pruebas de esto y todos los que me conocen saben que no es cierto. Me ocuparé de esto con más detalles en breve. ❤️»

El escueto comunicado generó una ola de reacciones encontradas entre los que apoyaban a Kenney y quienes dicen que su mensaje no fue lo suficientemente claro para la gran acusación que pesa en su contra.

Una de las opiniones que más se repite en la conversación es que Kenney sólo se limitó a decir «no hay pruebas», algo que muchos señalan como una prueba de incriminación ya que no está negando el asunto.

Kenney es quien lidera la lista de ganancias en vivo de todos los tiempos con más de 57 millones de dólares cobrados, según The Hendon Mob.

¿Cómo terminará esta historia para Bryn? Nadie lo sabe, sin embargo de ser encontrado culpable es probable que reciba las penas del infierno pokeril como las que tuvieron Howard Lederer y Chris Ferguson tras el escándalo de Full Tilt Poker.