Este viernes 22 de julio se conmemora el Día Mundial del Cerebro, órgano fundamental para la vida y para el buen desarrollo de nuestra querida actividad pokeril.

La idea para celebrar este día nació en el 2014 de la mano de la Federación Mundial de Neurología conocida, por sus siglas en inglés, como WFN (World Federation of Neurology). Y tiene como principal objetivo crear conciencia sobre el cuidado del órgano más complejo del ser humano.

El cerebro controla las actividades cognitivas (pensar, leer, etc) y nuestros movimientos, si, incluso esos que hacemos en las mesas, es por esto que todo jugador de poker sabe que eso de «mente sana, en cuerpo sano» es una de las máximas para poder sobresalir en esta especialidad.

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Es por esto que junto con celebrar esta jornada tan importante, queremos sacar a colación un interesante articulo del profesor José Litvak que habla sobre la serotonina, uno de los químicos indispensables para que nuestro cerebro funcione bien, en especial en esos momentos complejos que a todo jugador de poker le toca vivir.

José Litvak es un destacado estudioso del mundo del poker.

La popularmente conocida como “hormona de la felicidad” tiene un papel clave en la regulación de algunas de las funciones más relevantes: la ira, la agresión, el humor, el sueño, la sexualidad y el apetito. Pero, ¿Cuál es su rol al momento de estar en una mesa de juego? 

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En el poker, la serotonina puede influir en la incapacidad de aprender de nuestros errores. Cuando, a pesar de cometer uno obtenemos resultados positivos, pueden activarse los niveles de serotonina que nos hacen sentir bien, y ese bienestar puede disminuir la capacidad de reflexión y repetir una mala jugada que no funcionará a largo plazo. 

Si perdemos continuamente, habrá una baja significativa de los niveles de serotonina que traerán como resultado una disminución de la inhibición en nuestro comportamiento. 

De esta manera, cuanto más perdamos, más chances de perder tendremos. 

¿Hay formas de aumentar el nivel de esta sustancia en nuestro cerebro? 

Suele decirse que la ingesta de bananas la aumenta, pero se trata de un mito. Los plátanos contienen esa sustancia, pero no del tipo de la que pueda cruzar la barrera de la sangre y penetrar al cerebro. 

Pero hay alimentos que sí ayudan. 

Algunas carnes, productos lácteos o vegetales, poseen triptófano, un aminoácido que tiene una gran influencia en su activación y que, según algunos estudios, disminuye la propensión a la depresión y la agresividad. 

Los garbanzos y los choclos, por ejemplo, lo contienen en cantidad (pero, por favor, no se empache). 

No obstante, la dieta no es la única manera de aumentar los niveles de esta sustancia. El ejercicio físico también ayuda y, a la vez, promueve un corazón sano y fuerte, fundamental para vivir una vida larga y productiva (especialmente si gran parte de ella la pasamos frente a un paño verde).