Imagínense esta situación. Has viajado casi 10 mil kilómetros, en un tiempo que hasta salir de casa es un problema, para jugar una mesa final en Las Vegas pospuesta por poco más de un año a raíz de la pandemia y que tiene US$700K para el campeón. De pronto, a pocas horas de iniciar la batalla, tienes una emergencia testicular que te hace partir directo al hospital. Sin duda, una pesadilla para todo jugador.

Roland Rokita chequeando las nuts.

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Pues bien, esa terrorífica historia la vivió Roland Rokita  en el pasado WPT Venetian. «Me desperté y sentí un dolor en mi testículo, así que llamé a mi hermano», dijo Rokita al blog de PokerCode.

El primero en dar cuenta de esta situación a la comunidad del poker fue Fedor Holz , quien trató de contactar al director de torneos para explicarle la situación por la que estaba pasando dicho jugador y ver si podían aplazar el inicio de la FT.

En esa oportunidad no se reveló cuál había sido el problema médico que había tenido el jugador, pero hace pocas horas la página del recreacional más profesional del mundo reveló los detalles de boca del mismo implicado.

«Mi hermano, que es médico dijo que fuera al hospital de inmediato para revisar, porque había riesgo de torsión testicular. El problema es grave y, si no se corrige, puede provocar la pérdida del testículo.»

Mientras se discutía el aplazamiento de la FT, el austriaco fue al hospital y le diagnosticaron torsión testicular. A pesar de ello, el europeo mejoró a medida que pasaba el tiempo y su dolor fue disminuyendo, a tal grado que logró volver al torneo.

La decisión de posponer la FT fue negada, a pesar de que los otros cinco jugadores estaban de acuerdo en correrla un par de horas, provocando un ola de criticas en las redes sociales hacia el evento. A la postre la mesa final comenzó con una hora de retraso y el austriaco se quedó con la tercera posición cobrando US$363.235, mientras que si no hubiese jugado su premio sería de US$155.865. El campeón fue Qing Liu  que se llevó US$752.880.

La historia con su testículo no terminó ahí, ya que al volver a su país fue al médico que le recomendó que debía extirpar uno de sus genitales, ya que si bien no era un problema mortal, si podría traerle consecuencias más a futuro. «No dolió nada y me siento bien a pesar de tener sólo una nuts»– sentenció el austriaco riéndose de la situación.